NUEVA OBRA DE ANTONIO REINÉ

Pablo Jesús Lorite Cruz (20/12/2019)


 

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Simbolismo, esa es la primera impresión que se respira al observar el Niño Jesús de Antonio Reiné, ¿a quién dirige su manecita?, ¿a un San Juan Bautista Niño imaginario propio de la pintura del Cinquecento italiano al que quiere bendecir o en realidad nos convierte a todos en ese San Juan colectivo necesitado del consuelo al cual se acerca dando sus primeros pasos que claramente evocan el camino recto; recordándonos que el Mesías es nuestro Camino, a pesar de que se represente a un indefenso Niño que aún no sepa andar bien.

Su mirada dulce, idealizada, claramente lenitiva demuestra que no nos encontramos ante un simple Niño mortal, sino ante la representación de la divinidad humanizada carente de pecado creando un estudio de la cuarta dimensión que en un primera observación ya invita a como expresa el célebre Oh Holy Night al fall on your knees and the hear an angels voices (caer de rodillas y escuchar las voces de los ángeles), pues no es precisamente una imagen que evoque a que el silencio haya sido tallado, sino al sonido celestial que inconscientemente el sentido del oído susurra en nuestro corazón.

Anatómicamente muy perfecto, en un estudio de la musculatura aproximadamente de un Niño que roza el año de edad en donde las manos son regordetas, misma características que presenta en los pies con unos tobillos marcados por el típico pliegue natural producido por el peso en la formación humana de los primeros pasos estables del bipedismo, muy curioso por estar apoyado sobre un cojín y hundir muy levemente el peso en éste sin hundirse por dos cuestiones fundamentales; la primera por el ínfimo peso de un infante y en un segundo lugar desde una visión hermenéutica personalísima que estamos seguros se escapa al pensamiento del autor o al menos a su consciencia en una prefiguración de Aquel que ligeramente levita y un día caminaría sobre la mar.

Su sonoridad celestial no es frontal como puede ser el caso de un Niño montañesino, sino circulatoria en una evocación al siglo XVIII en especial granadino con gubias como la de José Risueño y por supuesto con recuerdo a ejes giratorios como los de Bernini hasta el punto de que no se puede apreciar el Niño en su totalidad en una única visión, sino que sus perfiles son diferentes conforme deambulamos a su alrededor, nos acercamos, nos alejamos o la caprichosa luz natural o artificial lo ilumina mezclándose con las sombras.

En este sentido es una obra que podemos catalogar dentro del Neobarroco, pero con unos juegos de perspectiva matemática que nos recuerdan muy bien al Renacimiento, muy presente en el estudio anatómico en donde el cuerpo no se reduce en favor de la cabeza como modeló Juan Martínez Montañés. Estamos más ante un Hijo del Hombre que pareciera sacado de una pintura de Rafael, incluso en esa torsión tan peculiar y personal que Reiné enfatiza en el cuello y que ya había trabajado en su interesante programa de angelotes pasionarios del paso del Nazareno de San Fernando.

Como breve conclusión creemos que estamos ante un Niño Jesús que rompe con la iconografía tan repetida en los siglos XVIII y XIX en la mayoría de las clausuras femeninas andaluzas y bien tomada a partir del siglo XX para complementar pasos marianos, altares de insignias, altares de Corpus Christi, etcétera. Estamos ante una obra muy distinta, no es talla repetitiva, sino pensada para el culto, carente por innecesario de atributos iconográficos externos (incluidas las potencias) y sin duda pensada para ser mostrada desnuda, pues volvemos a incidir en su perfecto estudio anatómico que evoca al cuerpo perfecto sin pecado que teológicamente el Niño Dios tuvo que tener.

En resumen, una obra culta en donde el simbolismo mancha notas renacentistas y barrocas en una fusión perfecta para tallar la divinidad diferenciándose en una iconografía difícil por ser tan repetida por todos los imagineros y aceptada por la mentalidad colectiva.

 

Nota de La Hornacina: Pablo Jesús Lorite Cruz es Doctor en Historia del Arte. Acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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