Desde el 18 de marzo, y durante toda la pasada Semana Santa, se pudo ver en exposición pública la última creación del escultor de Morón de la Frontera (Sevilla), que lleva por título Sigo vivo. El lugar elegido fue el escaparate de la sede del Consejo General de Hermandades y Cofradías de su localidad natal, localizado en el Pozo Nuevo. La obra, como su propio título indica, representa a Jesucristo vivo, alegre, cercano y alejado de cualquier artificiosidad y efectos de compasión, al no formar parte de la imaginería popular.

Se trata de un busto reproducido en cemento y marmolina, previo vaciado de un modelo labrado en arcilla y acabado con técnicas pictóricas mixtas. Representa también la visión particular y actualizada, lejos de lo tradicional, que tiene el artista de la compleja figura de Jesús de Nazaret, al que concibe libre de los estigmas sufridos a lo largo del ciclo de su Pasión. Más bien, la intención de la efigie es captar la psicología de un ser extraordinario y bello; su filosofía y, en definitiva, su humanidad antes que su divinidad.