INTERVENCIÓN DE BATEA RESTAURACIONES PARA FRECHILLA (PALENCIA)

19/02/2022


 

 
 
Retablo. Estado final

 

El retablo del templo de Santa María en Frechilla (Palencia) está ubicado en el lugar que ocupaba otro del siglo XV, también dedicado a la vida de la Virgen. El actual es una obra barroca castellana de transición hacia las líneas neoclásicas, datada en 1773 y realizada en madera sin dorar. El banco sí se halla policromado, así como las esculturas, también doradas al igual que el tabernáculo, cuyas imágenes son de menor tamaño con respecto al resto. Se trata de una pieza monumental (23,5 x 12,3 x 3,1 metros) adaptada a la cabecera de la iglesia. Las trazas del retablo corresponden a Juan Manuel Becerril, siendo el escultor Tomás Prieto.

Consta de banco, dos cuerpos y ático semicircular a modo de cascarón. Se divide en tres calles separadas por diez grandes columnas de orden corintio y otras ocho de menor tamaño, en este espacio se disponen catorce imágenes de bulto redondo. Corona el ático una Santísima Trinidad y una esbelta tarjeta de talla que sobresale dos metros por encima del arco. El retablo es de planta poligonal, apoyado sobre zócalo con marmolizados.

 

 
 
Retablo. Estado inicial

 

El estado de conservación, que ha motivado la intervención, se caracterizaba por los daños sufridos a consecuencia del natural envejecimiento de los materiales, especialmente la acción de xilófagos, acumulación de suciedad y polvo que afectaba de forma general al conjunto de la obra. La intervención ha supuesto una inversión total de 133.954 euros, cofinanciado con Fondos Feder.

Los principales agentes de deterioro del retablo estaban relacionados con su uso como objeto de culto y a la consiguiente actualización a gustos o modas del momento, adecentamientos o liturgias. Así, la historia material del retablo muestra la remodelación sufrida a mediados del siglo XVIII en la que se repintó el banco y algunas zonas del tabernáculo. También pueden observarse restos de antiguas instalaciones eléctricas que iluminaban la talla de la Virgen de Valvanera. Los principales riesgos que presentaba eran: debilidad del soporte por ataque de insectos xilófagos; problemas estructurales derivados del gran tamaño del bien, que hacen difícil estabilizar de forma equilibrada todo el conjunto, y de la técnica constructiva del baldaquino, cuya base de obra presenta graves problemas de inestabilidad. También, con acciones de degradación antrópica, consecuencia de las sucesivas remodelaciones y readaptaciones llevadas a cabo en la zona del sotabanco y del baldaquino, y en los reversos, por la instalación de escaleras apoyadas en la estructura para acceder a las zonas superiores.

El tratamiento llevado a cabo por Batea Restauraciones consistió principalmente en el desescombrado del reverso, la consolidación de todas las estructuras originales de ladrillo y mortero, la instalación de una estructura estable de acceso al reverso, aspiración del anverso y reverso del retablo, eliminación de todo el sistema eléctrico, eliminación de todos los recubrimientos que afectaban a su correcta lectura (suciedad, repolicromías, repintes, purpurinas, barnices, añadidos, elementos degradadores), desinsección, reintegración volumétrica, estabilización del óxido en los anclajes de la mazonería al muro, estucado y reintegración de zonas, entonado y aplicación de una capa de protección a la madera vista.

 

 
 
Tabernáculo. Estado final

 

El templo actual de Santa María en Frechilla sustituye al original que se incendió en febrero de 1533 y se construye en la misma ubicación, desestimando el proyecto de Gil de Hontañón que proponía hacerlo en otro lugar. Juan de Escalante y Alonso de Pando comenzaron las obras del nuevo edificio, teniendo como referencia las portadas y muros de la iglesia de San Esteban de Castromocho, de Rodrigo Gil.

En 1620, el proyecto fue cambiando y finalmente comenzó la construcción el arquitecto Francisco de Praves, con alguna ampliación propuesta por Juan Gutiérrez del Pozo. Los canteros Juan del Pozo y Francisco de Buega completaron el trabajo con un resultado marcadamente clasicista.

Su interior dispone de una amplia nave con pilastras adosadas y se cubre con bóveda de cañón con lunetos en la nave central, y de cañón en las capillas hornacinas. La capilla mayor fue rehecha en 1751 por Fray Antonio de San José Pontones y se cubre con cúpula rebajada, oval, adornada con yeserías. La sacristía la realiza Martín de Quintana en 1680 y se cubre con cúpula oval. El coro, a los pies, fue construido por Francisco Tejerina en 1630. La torre posee seis cuerpos de altura, los cuatro primeros en piedra y los restantes de ladrillo. La iglesia tiene tres portadas: la del Evangelio, gótica, de finales del XV, estilo Reyes Católicos; la de la Epístola, plateresca, con medallones de San Pedro y San Pablo, en las enjutas, y la de los pies, barroca, de principios del XVII.

 

 
 
Tabernáculo. Estado inicial

 

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