DESCUBIERTAS UNAS PINTURAS GÓTICAS EN LA CATEDRAL DE PALENCIA

09/07/2019


 

 

Con motivo de las obras que se están llevando a cabo en la Catedral de Palencia, el pasado 2 de julio se han descubierto unas pinturas góticas en un fuste románico ubicado en el exterior del muro que cubre la capilla mayor, en la nave del evangelio, entre los retablos de la aparición de Jesús resucitado a la Virgen, y el de Santa Apolonia, y justo enfrente de las capillas de San Sebastián y de San Jerónimo.

Las pinturas descubiertas pueden fecharse en torno a 1485, finales del siglo XV, y representan un ángel mostrando el escudo del obispo don Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, hijo del primer conde de Tendilla, nieto del marqués de Santillana, don Iñigo López de Mendoza y de la Vega.

Por estar la Catedral de Palencia en obras, de momento no será posible ver las pinturas descubiertas porque el referido espacio está ocupado con andamios. Se fijarán unas fechas para poderlas contemplar dentro del plan denominado "Abierto por Obras" que se realizará del 25 de julio al 8 de diciembre de 2019.

 

 

Don Diego fue obispo de Palencia entre 1471 y 1485. Este prelado costeó la maravillosa portada gótica de la catedral, llamada de Santa María o del Obispo y por la que se accede a la catedral desde la plaza de la Inmaculada. Mandó también construir una portada en el claustro para el acceso a la catedral. En ambas aparece su escudo. Este mismo obispo convocó y celebró el XII sínodo diocesano, en la iglesia de Santiago de Cigales, importante villa vallisoletana que pertenecía en aquel entonces a la diócesis palentina.

En 1485 el papa Inocencio VIII lo nombró arzobispo de Sevilla, y en 1500 Alejandro VI lo hizo cardenal de santa Sabina en Roma y patriarca de Alejandría. Como obispo intervino, junto a los Reyes Católicos, en el juramento del príncipe Juan en Toledo, asistió al cerco de Baeza, y acompañó al rey a Santander para recibir a doña Margarita, prometida del príncipe Juan. Con los Reyes Católicos entró en la ciudad de Granada en 1492.

Fue consejero personal de la reina Isabel, a la que defendió en su lucha contra la Beltraneja. El 27 de diciembre de 1474, quince días después de que Isabel fuese proclamada reina en Segovia, la ciudad de Palencia, con su obispo al frente, aclamaba a los Reyes Católicos ante la puerta que él mismo había mandado construir. Murió en Madrid, en 1502, y está enterrado en la capilla de la Virgen de la Antigua de la catedral hispalense, en un lujoso sepulcro realizado en Génova por Domenico Fancelli, y montado en Sevilla en 1508.

 

 

 

Las pinturas se conservan en un estado muy aceptable a pesar de haber sido revocadas con cuatro capas. Predominan los colores rojo, blanco, verde, amarillo y azul, y en el hábito del ángel el marrón franciscano. Se han perdido los colores azules del fondo. Además, aparece el cordón con los tres nudos típicos de la orden franciscana enmarcando la escena y simulando un arco ojival. Encima de la cabeza del ángel, tocado con una diadema, hay una aureola amarilla con una cruz patriarcal en el centro. Por ser obispo de Palencia le correspondían siete borlas, pero en este caso tiene diez, que son las correspondientes a un arzobispo, lo que nos hace pensar que este trabajo se realizó siendo don Diego ya arzobispo de Sevilla y patriarca.

Debajo del escudo de don Diego, otros dos ángeles muestran otro escudo con dos estrellas doradas de ocho puntas y dos flores de lis con restos de fondo azul. Este escudo aparece también en la peana de Santa Apolonia y bien pudiera ser de un canónigo -deán- de la catedral, o relacionado con la familia de don Diego.

Las pinturas descubiertas son muy importantes desde el punto de vista artístico e histórico y además vienen a aumentar y engrandecer la pintura mural que ha sido recuperada en la catedral de Palencia. Recordemos que en la última la restauración llevada a cabo por la Junta de Castilla y León en la capilla de la Inmaculada, también aparecieron pinturas murales muy importantes, con el tema de la santa cruz (así se llamaba antiguamente esa capilla) el tetramorfos y ángeles portando los símbolos de la Pasión de Jesús.

 

 

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