NUEVA OBRA DE JOSÉ MARÍA MOLINA PALAZÓN

Francisco García Marco (05/10/2011)


 

 

 

Presentamos el Ángel Triunfal que, para la Cofradía de la Oración en el Huerto de Blanca (Murcia), ha realizado el joven escultor e imaginero murciano José María Molina Palazón. El artista, formado en talleres de Murcia y Andalucía, y con una sólida formación académica como licenciado en Historia del Arte, hizo sus primeros trabajos a la temprana edad de 23 años para la cofradía muleña de la Entrada en Jerusalén.

La imagen, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, toma como modelo a un niño, huyendo de este modo el autor de los arquetipos efébicos tan comunes para este tipo de iconografía. Representa al mensajero de Dios anunciando a las Santas Mujeres la Resurrección de Cristo. Procesiona solo, continuando la tradición murciana de los Ángeles Triunfantes para las procesiones del Resucitado; pero varía la iconografía al uso, despojando al ángel de la habitual Cruz Triunfante.

El heraldo se nos presenta posándose sobre una nube desde el cielo, con las alas desplegadas, el brazo derecho elevado y el izquierdo portando una vara de azucena que estrenará el próximo año. Tallado en su totalidad, cubre su anatomía con una túnica larga, color verde ultramar, que se levanta sobre las rodillas mediante sendos broches tallados en la misma madera. Llama poderosamente la atención la riqueza de pliegues, necesarios para el movimiento de la imagen, pero con una complejidad que nos remite a modelos fidiacos.

 

 

 

El necesario contraste cromático lo consigue tintando de marfil el reverso de la túnica y utilizando el pan de oro fino para los mencionados broches y la tiara que corona su testa. La sobriedad cromática de los textiles, nos permite centrarnos en las partes visibles del cuerpo angélico: cabeza, brazos, piernas, pies y manos en los que Molina Palazón despliega todo su saber con un detallado estudio anatómico.

El escultor huye de los tópicos y utiliza las encarnaciones morenas que, si bien nos alejan de la tipología angélica conocida, son un homenaje a la tez morena de los habitantes de estas tierras murcianas, últimas en toda España de las que salieron los moriscos. En sintonía con lo anterior, el cabello del ángel es igualmente transgresor, de un color rojizo con el que el autor quiere continuar en la senda de superar arquetipos. La cabeza muestra los ojos azules ligeramente rasgados, mentón pronunciado, labios carnosos, dientes superiores y lengua tallados, cuello anatomizado y un cabello abundante, tallado con gran minuciosidad. Todos estos rasgos completan una testa de gran fuerza expresiva y física que concita con rapidez la atención del fiel.

La obra nos informa abiertamente de la tradición imaginera en la que se ha formado Molina Palazón. Sus fuentes son murcianas, pero también, y sobre todo, andaluzas, imbuidas de la corriente neobarroca actual y en la que el autor trabaja con soltura y maestría. Su procesionar concitó la admiración del público. Esto le ha valido para que, desde ese mismo día, se venere en la capilla del Colegio de la Milagrosa de Blanca (Murcia).

 

Fotografías de Carmelo Martínez Marín

 

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