Esta obra del artista de Lucena (Córdoba), es una imagen de la Virgen del Rosario para la localidad castellana de Mojados (Valladolid), habiendo sido bendecida y entronizada en octubre de 2019 como patrona de la misma, construyéndose al efecto un santuario propio y contando ya con una gran devoción en alza.

Creación de tamaño inferior del natural, cuyo encargo ha sido impulsado por la iniciativa privada, sustituye a un simulacro de Nuestra Señora del Rosario del siglo XVII, época que inspira su estilo, desaparecido en fecha indeterminada del templo parroquial de Santa María y cuya ubicación actualmente se desconoce.

Es una obra de talla completa, dorada en oro de 22 quilates; a excepción de la nube sobre la que se asienta, que ha sido dorada en oro blanco. Asimismo, se halla profusamente estofada. María aparece estante y en actitud de caminar, mostrando uno de los pies calzados con sandalias decoradas con rosas, también en oro blanco.

La Virgen porta en su mano derecha el cetro, realizado en madera exótica y oro, y en la otra al Niño Jesús, que aunque aparezca revestido es también una imagen de cuerpo entero, con su anatomía llena de las arruguitas y los hoyuelos propios de la infancia. Las melenas rubias de ambas figuras forman tirabuzones.

Como hemos apuntado, esta efigie lleva a modo de peana una nube celestial de la que emergen tres cabezas de querubines con las alas estofadas y desplegadas. Cada uno de ellos muestra un tratamiento diferente en los cabellos y la anatomía, siendo uno agitanado de ojos verdes y los otros dos más acordes con el tipo mariano.