REFLEJOS DE MURILLO

Con información de José Tomás Pérez Indiano (22/01/2018)


 

 

Hasta el próximo viernes 26 de enero de 2018 se puede visitar la exposición colectiva Reflejos de Murillo en el patio del Ayuntamiento de Sevilla (Plaza Nueva, 1). Se trata de una muestra impulsada por el Distrito Casco Antiguo de la capital hispalense, con la colaboración del Área de Fiestas Mayores, que se integra en la celebración de los 400 años del nacimiento del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

En Reflejos de Murillo, comisariada por Juan Antonio Huguet Pretel, profesor y doctor en Bellas Artes, participan 18 creadores relacionados con el arte sevillano en general, y con la imaginería y la cartelería en particular. Cada uno de ellos ofrece su particular visión sobre el magisterio pictórico de Murillo, rindiendo de paso homenaje a una de las figuras claves del Barroco internacional.

Por orden alfabético, los artistas participantes son los siguientes: Javier Aguilar, Nuria Barrera, Francisco Borrás, Miguel Caiceo, José Cerezal, Irene Dorado, Pepillo Gutiérrez Aragón, Juan Miguel Martín Mena, Jesús Méndez Lastrucci, Elena Montero, José Manuel Peña, José Tomás Pérez Indiano, César Ramírez, Clemente Rivas, Luis Rizo, Raúl Rodríguez Fernández, Javier Jiménez Sánchez-Dalp y Fernando Vaquero.

 

 

Entre las obras expuestas en Reflejos de Murillo reseñamos Noli me tangere, una creación de José Tomás Pérez Indiano inspirada en la Magdalena Penitente de Murillo que se guarda en el Minneapolis Institute of Arts.

La Magdalena penitente se nos muestra con una aureola, componiendo la leyenda Noli me tangere en latín. María Magdalena dijo a Jesús "Rabbuni", que quiere decir maestro en arameo, e hizo ademán de tocarlo. Jesús le dijo "Noli me tangere" ("No me toques"), pues todavía no había subido al Padre. La túnica de la santa está inspirada en brocados de la época de Murillo, que llegaban a Sevilla a través de su puerto desde las Indias.

Adaptando el original, Pérez Indiano utiliza elementos del género vanitas que aluden a las vanidades y a la riqueza en la vida: el cráneo hace referencia a la significativa presencia de la muerte en el Barroco, época del pintor sevillano, los dados son el símbolo del azar, y el dinero y las joyas vienen a simbolizar lo superfluo en la vida. Posada sobre el cráneo aparece una mariposa, símbolo de lo efímero y la belleza pasajera, junto a una granada que representa la unión entre los cristianos.

En el fondo de la escena apreciamos un grabado de la Sevilla del siglo XVII vista desde el barrio de Triana. La obra está realizada en técnica mixta: lápices de colores, acuarela, lejía, plumilla y grafito.

 

Horario: lunes a viernes, de 10:30 a 13:30 y de 16:00 a 19:30 horas; sábados de 10:30 a 13:30 horas.

 

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