RESTAURACIÓN DE UNA OBRA DE MURILLO

08/02/2006


 

 

El Museo del Prado presentó el pasado 6 de enero la restauración que ha realizado en San Juan de Dios, uno de los ocho grandes lienzos realizados por Bartolomé Esteban Murillo para la sevillana Hermandad de la Caridad, y que, desde ayer, estará expuesto en el Museo hasta el próximo 7 de mayo.

San Juan de Dios es una de las cuatro obras que se conservan en España de esta serie. La restauración, realizada por Rafael Alonso, ha consistido en la eliminación de los viejos repintes, la integración de las faltas mediante técnicas reversibles y la limpieza de los barnices. Con ello, ha recuperado el clímax dramático conseguido por Murillo a través del uso de los efectos del claroscuro. "He respetado el cuadro original y por eso he optado por que se vean ciertos daños que, de otra forma, tendría que haber cubierto con repintes", matizó Alonso.

El jefe del Departamento de Pintura Española del Prado, Javier Portús, recordó el significado del cuadro, "uno de los principales conjuntos del Barroco español por la coherencia del mensaje que transmite". Portús recordó que el portugués San Juan de Dios era uno de los santos más populares en aquella época "y el único santo ibérico del que la España del siglo XVII hizo estampas que narran su vida".

"En este cuadro, Murillo prescindió de cualquier elemento de distracción", señaló Portús al tiempo que dijo que esta serie de pinturas de Murillo están consideradas "sus obras maestras". Esta circunstancia ha hecho que fueran causa de dispersión durante la Guerra de la Independencia. Por esta razón, de las ocho obras de la serie, sólo cuatro se conservan en Sevilla: San Juan de Dios, Milagro de los Panes y los Peces, Moisés en la Peña de Horeb y Santa Isabel de Hungría. Las otras cuatro se exponen en museos extranjeros: Curación de un Paralítico (Londres, National Gallery), Regreso del Hijo Pródigo (Washington, National Gallery of Art), Abraham Recibe a los Tres Ángeles (Ottawa, National Gallery) y Liberación de San Pedro (San Petersburgo, Hermitage).

San Juan de Dios, terminada por el pintor hispalense en torno al año 1672, narra un milagro ocurrido al santo en la ciudad de Granada: una noche recogió a un pobre y lo cargó en sus hombros con objeto de darle cobijo en su convento, pero el peso de la carga hizo que diera con sus rodillas en tierra. San Gabriel apareció y le ayudó a incorporarse. El tema dio ocasión al pintor a jugar con el claroscuro, convirtiendo en protagonistas del cuadro los delicados gestos de sus personajes. Al fondo a la derecha, se narra el momento en el que el santo lava los pies de Cristo creyendo que atendía a un pobre.

Aunque la obra corrió mejor fortuna que las cuatro que salieron de España, también sufrió daños al haber pasado por tres destinos diferentes. En el año 1810 fue depositada por los franceses en el Alcázar de Sevilla, desde donde fue trasladada al Ex-Convento del Rosario en Madrid, pasando después por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que la devolvería en el año 1815 al Hospital de la Santa Caridad.

Tras su exhibición en el Museo Nacional del Prado de Madrid, donde se expone al público sin su marco original, este célebre cuadro de Murillo volverá a la iglesia sevillana del Hospital de la Santa Caridad.

 

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