NUEVAS OBRAS DE PINTURA Y ESCULTURA SACRA

Con información de Sergio Cabaco y sus autores (05/07/2020)


 

Nota de La Hornacina: noticia ampliada el 9 de julio de 2020.

 

 

Antoine Cas

A modo de planta de cruz latina, el cartel del Carmen de Huelva 2020 alterna zonas lisas con elementos iconográficos. Del escudo carmelita al rótulo que lo anuncia, pasando por el retrato de las figuras principales de la Virgen con el Niño. Los colores lisos son el marrón de la Orden del Carmelo y el azul del mar y de la sede canónica de la hermandad onubense del Carmen, consagrada a la Purísima Concepción.

El carácter figurativo del trabajo se hace notar desde un primer momento, así como la sobriedad y la geometría tan características del pintor, que usa también en este caso los tonos dorados para recrear, casi de forma abstracta, el atributo de los escapularios.

Las populares Ánimas del conjunto las ha realizado a modo de dibujo-boceto -usando el tono rojizo que es también tan habitual en los trabajos del artista-, en parte para intentar, sin dejar de tener en cuenta que es un cartel y no una obra subjetiva, centralizar la atención en la titular y que todos los elementos que la rodeen sean un mero soporte visual, a modo de "andas" que la hagan llegar hasta sus fieles.

Este cartel está dedicado a todas las personas que han perdido la vida por la COVID-19 y a todos sus familiares, así como a toda la Junta de Gobierno de la Hermandad del Carmen de Huelva. 

La imagen de la Virgen del Carmen del templo onubense la Concepción, elegida la mejor del año 2019 dentro de las presentadas en el portal por el experto Pedro Castellanos en el XIV Premio La Hornacina, es una de las piezas de escultura sacra más ambiciosas de las últimas décadas en España. Tallada en madera de cedro, plateada, estofada y policromada al óleo, alcanza los 325 cm de altura, incluyendo un total de diez esculturas en su grupo escultórico, a las que hay que sumar la peana, la nube y las piezas de orfebrería y bordado.

 

 

Elena Montero

Obra pictórica de la artista sevillana que lleva por título Luz del Carmen y sirve para el cartel anunciador del día de la Virgen del Carmen de Chiclana de la Frontera (Cádiz).

En su mano derecha, la Madre lleva el escapulario que recuerda al añorado fraile Sixto Calvo, quien evangelizó siempre al lado del más pobre. En su izquierda, el escapulario que representa a Santa Ángela de la Cruz como agradecimiento por la labor que sus sucesoras hacen en Chiclana, hasta acoger a la Virgen del Carmen en estos días para acercarla aún más si cabe al pueblo que le reza a diario. También aparece el Divino Corazón de Jesús, símbolo de la Orden de los Agustinos Recoletos del querido padre.

El triángulo divino se representa a modo de escudo carmelita, por medio del sol que hace refulgir a la imagen mariana, una obra anónima del siglo XIX. "El paraíso de Dios" significa el Monte Carmelo, y de esta forma, se puede entender la bendita tierra de la Virgen del Carmen de Chiclana, que desde su atalaya de amor, inunda de humildad y de salud en estos momentos en los que el pueblo tanto lo necesita.

La carmelita esencia de Chiclana se presenta al lado de su Madre del Carmen, identificada por la luz, el sol y el mar que rodean a la Virgen bondadosa. Un poco de nosotros está ya siempre en ella, y todo de ella está en nosotros, porque su divina luz, llena los corazones anhelantes de su eterno amor.

 

 
 

 

Juan Miguel Martín Mena

El autor presenta dos obras. La primera es el cartel para el Carmen de la Carihuela 2020, realizado en técnica mixta sobre papel encolado a una tabla (70 x 100 cm). Es una composición alegórica que representar la situación que vivimos en estos momentos de pandemia. No hay ni un solo símbolo festivo, sino de devoción a la Virgen del Carmen y a la fe tan necesaria en estas circunstancias. Sobre una antigua cartografía de la costa malagueña se insinúa y sirve de estructura el escudo carmelita. La montaña se refiere al Monte Carmelo, lugar de origen de la orden, y culmina en forma de cruz, símbolo del caminar de los carmelitas al encuentro con Jesús. La estrella inferior brilla sobre el hábito carmelita de la Virgen como protectora de la orden, mientras las otras dos representan a los profetas Elías y Eliseo. La corona, ubicada sobre la montaña y coincidiendo con la presea de la Virgen representa la magnificencia de Dios, soberano supremo del Carmelo. La Virgen convierte a su paso la furiosa tempestad de estos últimos meses, en apacible calma, dibujando una fina línea del horizonte que une lo terrenal y lo divino. Es ella la que con el poder que le otorga nuestra devoción mata a la bestia que nos acecha con el virus. En su pecho, el escudo de Torremolinos, la bandera de España y un crespón negro en señal de luto por los fallecidos en esta pandemia y a los que el autor dedica esta obra.

Respecto al cartel para el 50 aniversario de los sagrados titulares de la Hermandad de la Cena (Málaga), es una composición horizontal realizada en técnica mixta sobre un collage de diferentes tipos de papel encolados a una tabla de 60 x 120 cm. El autor ha utilizado acrílico, pastel, grafito y tintes naturales. El autor se centra en el momento en el que el por entonces joven imaginero Luis Álvarez Duarte recibe el encargo de ejecutar las nuevas imágenes tras el incendio que destruyó las anteriores, queriendo representar la mente del artista en el minuto cero de creación: sobre una madera, material comunicativo del imaginero y corazón de todas sus imágenes, se reparten hojas, trozos de papel, recortes de diferentes tipos de papel llenos de anotaciones y bocetos de lo que sería para Duarte su obra más importante para Málaga. Aparecen croquis y esquemas de composición del misterio, frases alusivas a las dos advocaciones, cartas sobre el acto de bendición y actas sobre su padrinazgo, el escudo de la Hermandad de Cena y fechas conmemorativas. Entre ese caos de ideas destacan los rostros de los titulares, que emergen de las cenizas de dos viejas estampas de sus predecesores. Esta obra está firmada por quién la pintó pero la Virgen de la Paz llora en una de sus lágrimas sobre la firma de su autor, el recientemente fallecido escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, a cuya memoria Martín Mena dedica esta obra.

 

 
     
     
 

 

Adrián Lema

La imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado para Olivares (Sevilla) se ha creado durante el confinamiento por el covid-19, y responde dentro del ciclo pasionista al momento en el que Jesús, tras la Oración en el Huerto de Getsemaní y su posterior Prendimiento por parte de los sicarios de Judas Iscariote, fue conducido preso y cautivo al palacio del sumo sacerdote. La vestidura alba está relacionada con el pasaje del Desprecio de Herodes puesto que en la época este color identificaba a las personas presas de la locura.

Tallado en madera de cedro real, su altura comprende 185 cm, dimensión clásica de ocho cabezas concebida para ser vista tanto en un plano próximo al espectador como en una perspectiva diagonal ascendente cuando se halle entronizada. En este último concepto visual, las manos mostradas delante de su cintura actúan de recurso en el plano de incidencia de la vista y funciona de plano intermedio en la contemplación de su cabeza, tocada con un juego de tres potencias que aluden a la ciencia, potencia y gracia de Cristo.

Aparece erguido, adelantando su extremidad izquierda sobre la derecha, iniciando su forzado caminar. Las manos entrelazadas por un áureo cordaje, funcionan como elemento de ruptura para proyectarse hacia el espectador y mostrar su indefensión ante sus apresores.

El joven imaginero pretende buscar a Cristo en la majestad de su gesto misericordioso de su rostro y no en los acentos dramáticos de su inmolación. La mirada se pierde en el infinito, las cejas se angulan en el entrecejo para conferir mayor expresividad, la nariz se resuelve en una línea angulosa y la boca se entreabre para dejar ver una arcada superior correcta en sus proporciones. La zona capilar se resuelve en finos mechones o guedejas sudorosas que caen sobre los hombros y que provocan sugerentes alargamientos de su faz.

 

 

David Payán

Bajo el lema "Todos unidos, todos iguales, bajo la protección de la Virgen del Carmen", el cartel del Carmen de San Cayetano (Córdoba) 2020 plasma con unos cánones tradicionales una obra contemporánea que además es publicitaria y permite llegar este anuncio a gran cantidad de público. Un cartel con lenguaje contemporáneo que aporta otro punto de vista diferente para anunciar las fiestas del Carmen.

En la parte central aparece la talla dieciochesca en un plano medio largo para enfocar la atención en detalles como su mirada y la belleza de su rostro e intervenir en el conjunto de su iconografía. La composición piramidal crear dinamismo y generar mucha fuerza visual.

La corona aparece envuelta por un aro y por un conjunto de personas unidas que simbolizan el mundo, que gira alrededor de la Virgen del Carmen como símbolo de protección y esperanza. Mediante su escapulario somos signo visible de la alianza con María en estos momentos de incertidumbre debido a la pandemia que sufrimos. El Niño Jesús porta la luna en la mano en señal de su divinidad.

El uso de las formas y la interacción de los planos de color son fundamentales. Podemos observar como desde el interior de la imagen de la Virgen la pintura se desborda en composiciones donde la base abstracta se enreda con lo vegetal, una naturaleza informe y un magma plástico que triunfa cromáticamente sobre la geometría. Una posición que rompe con la planificación conceptual que tenemos para entender los signos. Una explosión de color desde el fondo hasta la figura que se va ordenando sobre la abstracción de elementos, formas y trazos, cuyo objetivo no es reflejar el mundo de manera realista sino expresar un mundo interior, transmitir sus emociones y sentimientos. Aumentar el poder expresivo de la línea y la forma, junto con el color.

 

 
     
     
 

 

Rafael Gata Blanco

Nueva talla de la Virgen dolorosa para la localidad de Tarifa (Cádiz), realizada por el joven escultor e imaginero cordobés a tamaño natural (mide 165 cm de altura). El modelo es idealizado y expresivo, propio del neobarroco inspirado en los modelos del setecientos. Su destino es una colección particular.

Tanto su propietario como el autor de esta imagen han decidido titularla Virgen del Patrocinio, nombre derivado del latín "patrocinium", un término que en origen significa "defensor" y "protector", por lo que su significado etimológico puede en este caso ser interpretado como "la que es protegida".

 

 

Luis Dávila

La obra lleva por título "Desde los balcones y ventanas" y ha servido para ilustrar un cartel a modo de homenaje a la romería que la localidad canaria de San Cristóbal de La Laguna celebra cada mes de julio en honor a San Benito Abad, considerada la más importante de todo el archipiélago canario.

Según su autor, el polifacético artista lagunero Luis Dávila, se trata de una obra realizada hace cinco o seis años que cobra protagonismo ahora al reflejar, sin quererlo, la situación de confinamiento que vivimos y que ha impedido este año, dentro del programa de actividades dedicadas al santo, la celebración de dicha romería.

 

 
     
     
 

 

David Anaya

Se trata de una imagen de Cristo crucificado realizada en madera de cedro, con una altura de 80 cm, para una devoción particular. Tanto la cruz (145 x 100 cm) como el INRI, también han sido tallados por el autor malagueño. La premisa a la hora de realizar la imagen es que pareciese que Cristo estuviera dormido en la cruz, no muerto, de ahí la relajación tanto del rostro como del torso. El paño de pureza se basa en el del sevillano Cristo de la Buena Muerte por expreso deseo de su creador. En cuanto a la policromía, se basa en tonos claros, sin estridencias en cuanto a heridas y regueros de sangre. De líneas clásicas y sencillas, intenta plasmar la bondad y la ternura de Jesús crucificado, aun después de muerto. Como elementos postizos lleva lágrimas de cristal en el reguero del costado y en la mejilla, así como el cordón del sudario.

 

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