Esther y Laura Moreno

Niño Jesús Pasionario modelado en terracota y policromado al óleo con veladuras. Mide 70 cm de altura. La cruz que sostiene sobre el brazo derecho es de madera tallada y teñida. Es una iconografía que las artistas ubetenses siempre habían querido realizar pero no habían podido hacerlo hasta ahora, de ahí que hayan disfrutado mucho a la hora de llevarla a cabo. Su destino es una colección particular de Jaén, aunque ha estado expuesta en un altar público. El estilo de la obra es más bien neoclasicista y evoca la simbología del Varón de Dolores. Las autoras han querido darle serenidad y solemnidad por tratarse de una imagen del Hijo de Dios, pero a la vez no han querido que pierda la tierna sensación que transmite la visión de un Niño Pasionario.

Andrés Carrasco

El joven artista ha sido el autor del cartel que anuncia las Fiestas de la Mare de Déu del Remei, patrona de la ciudad de Alicante. En el encargo de esta pintura le transmitieron el anhelo de devolver a la imagen -una talla de mediados del siglo XIX atribuida a un seguidor tardío del escultor barroco Ignacio Vergara- el esplendor de su devoción. Es por ello que el autor, tras cavilar mucho, quisiera conectar con la cara más arrolladora y pasional de la referida devoción, de forma que hasta la naturaleza está al servicio de lo sobrenatural, indicando y ornamentando un coro de luciérnagas el camino hacia María. Incienso y velas como símbolos de veneración enmarcan el cuadro, y complementan la actitud de quienes acuden a la Virgen del Remedio con gesto desgarrado, sediento, amargo... pero siempre con la mirada fija en la belleza de una maternidad que muestra el foco de la fe. Jesús es presentado como un astro brillante cargado de magnetismo, como remedio que su madre presenta como bálsamo de heridas y luz que guía a la Iglesia y a la humanidad.

Adrián Valverde

Talla alegórica del Niño Jesús Triunfante, realizada en madera de cedro real y policromada al óleo por el escultor e imaginero de Cabra (Córdoba). Mide 60 cm de altura. Su destino es la devoción privada de la familia Cárdenas Martín, del municipio malagueño de Alhaurín el Grande.

Esta imagen se integra en los simulacros de la infancia de Cristo que anticipan su futura Resurrección, de ahí la cruz con el banderín, que simboliza su victoria sobre la muerte, y el fino velo de encaje como sutil alusión al lienzo con el que fue amortajado. Los bucles acaracolados remiten a los modelos napolitanos sobre el tema.

Manuel Prados

El doble cartel de la Aparición de Nuestra Señora de la Cabeza, editado por la cofradía matriz de Andújar (Jaén), forma parte de un proyecto que el artista granadino ha desarrollado en dos vías: una es la pintura que anuncia la aparición, donde podemos ver la primitiva imagen ataviada con sus antiguos ropajes, y la otra presenta una interpretación más compleja, recreándose un acercamiento a lo que podría haber sido la primitiva talla sin revestir teniendo en cuenta las características de las hechuras marianas tardorrománicas, las cuales en su gran mayoría presentan una iconografía y composición relativamente homogénea: trono del pequeño Jesús y un fruto o animal en sus manos como símbolo cristiano. Ambas representaciones se recrean en un escenario nocturno que evoca las pinturas más costumbristas y románticas, todo ello sin dejar escapar detalle, llegando incluso a trazar la constelación de Leo, que se puede ver la misma noche de aparición (del 11 al 12 de agosto).

Rafael Gata Blanco

Al igual que el anterior, el artista cordobés presenta dos obras. Una de ellas es una Virgen Dolorosa de tamaño natural (160 cm de altura), destinada a una colección privada de la ciudad de Huelva. El candelero es de madera y la cabeza y manos son de terracota policromada al óleo, llevando ojos y lágrimas vítreos y pestañas naturales como postizos. Rasgos y tonalidades rememoran los modelos marianos andaluces del siglo XVIII.

La otra imagen es una obra mariana de carácter letífico con la advocación de Nuestra Señora del Rosario, labrada en terracota para un particular de una pedanía cordobesa. Se halla policromada al óleo y posee ojos de cristal -también los tiene el Niño, a pesar de sus reducidas dimensiones- y pestañas superiores de pelo natural en el rostro, así como articulaciones en los brazos para ser vestida. La Virgen mide 95 cm de altura.

César Ramírez

El Cristo del siglo XVII tallado en marfil que se conserva en el tesoro de la Mezquita-Catedral de Córdoba es el protagonista de la última obra del artista sevillano, titulada Redemptionem Crucis y realizada como cartel anunciador de la muestra "Por tu cruz redimiste al mundo", que se celebrará entre los días 15 y 22 de septiembre precedida de una procesión magna en la ciudad con las tallas procesionales que participan en la misma.

La composición en perspectiva de este óleo sobre tabla (116 x 89 cm) gira en torno al crucificado como símbolo por excelencia de la Pasión de Cristo -eje de la exposición-, dispuesto sobre una cruz roja que alude a la del logo del Consejo de Cofradías de Córdoba -cuyo 75 aniversario conmemora la muestra-. El marco es el espacio católico más emblemático del templo, la capilla de Villaviciosa, para así mejor representar la sede del evento.

María de los Ángeles Serrano Soto y Lucas Martínez de la Rosa

Los jóvenes escultores acaban de concluir una Virgen Dolorosa de vestir a tamaño natural. Está realizada en terracota policromada al óleo. La obra representa a María durante el calvario padecido por Cristo, con la mirada baja y la boca entreabierta, expresando un dolor contenido y asumido.

Las manos de la Virgen están unidas. Para realizarlas ambos artistas han tomado referentes del barroco en la imaginería andaluza. Esas manos juntas y entrelazadas simbolizan sumisión y aflicción. Manos que también representan la protección materna, a la vez que invitan a la oración de los fieles.