NUEVAS OBRAS DE PINTURA SACRA

Con información de Sergio Cabaco y sus autores (07/09/2017)


 

 

Jesús Zurita

Cartel conmemorativo del XXV Aniversario de la llegada de la Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina a su sede canónica, la Capilla de San Bernardo del Antiguo Hospital de Los Viejos, que se celebra desde este mes de septiembre y se alargará hasta el año 2020, cuando se cumplan 25 años de la instalación definitiva de dicha corporación en la capilla de la sevillana calle Amparo.

El cartel es obra del pintor cordobés Jesús Zurita Villa, natural de El Carpio (Córdoba), y que este mismo año ha sido el autor del cartel de las Glorias de Sevilla. En el mismo puede contemplarse la imagen de la Divina Pastora -la talla barroca de Francisco Antonio Ruiz Gijón que lleva a la escultura la representación primigenia pintada por Alonso Miguel de Tovar-, en la puerta de su capilla. Según el autor, la Primitiva Hermandad de la Pastora, cuna y cimiento de la advocación, no cuenta con un templo delimitado por muros. Su capilla se extiende por el mundo donde se expande su devoción, Por eso la mejor manera para entenderla no es como un espacio delimitado, sino más bien, como una puerta siempre abierta.

El cartel representa una metáfora que combina el ideal de paraíso y la idea de un templo en permanente construcción y crecimiento, levantado de la simiente de un edificio histórico. Todo esto evoca un sueño que la pintura convierte en soporte ideal para su representación por su simplicidad de su técnica y la falta de condicionantes, pues el sueño es el espacio natural de la evocación de la belleza.

No resulta extraño que Fray Isidoro de Sevilla utilizara la pintura para recrear la visión mística que le hizo vislumbrar a la Divina Pastora. Con este cartel, Zurita cierra el año en el que pintó el cartel de las Glorias de Sevilla con una imagen que representa el ideal supremo de la gloria sevillana, el de la belleza soñada.

Jesús Zurita es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla (US), en cuyo Departamento de Pintura fue alumno interno. Su formación la inició en la escuela de arte "Mateo Inurria" de Córdoba. Participó en la restauración de la colección de arte de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla. Entre sus más importantes obras dentro del ámbito del cartel están los anunciadores de la Romería de la Virgen de la Cabeza de Andújar en 2014 o el de la exposición de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Benacazón en el Círculo Mercantil e Industrial en ese mismo año. Recientemente ha llevado a cabo también el cartel anunciador de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Cabeza de su localidad natal.

 

 

Sergio Cornejo

El cartel de las fiestas en honor a la Virgen de la Cinta de Huelva de 2017, obra realizada en pastel por Sergio Cornejo Ortiz, está marcado por la celebración del 25 aniversario de la Coronación Canónica de la imagen.

La composición de la pintura utiliza la puerta mudéjar de su santuario, engalanada con una guirnalda de flores como puerta santa del jubileo mariano que se celebra el presente año, para enmarcar la representación mural gótica de Nuestra Señora de la Cinta, origen de esta histórica devoción. De la misma parece surgir la talla procesional dieciochesca, la cual se funde con una vista aérea de Huelva, de su Ría y de las marismas del Odiel, a la vez que las "cintas" que porta el Niño Jesús se convierten en brazos del mismo río. En ello, el artista ha querido expresar la vinculación entre la ciudad y su patrona.

La imagen de talla de la Virgen de la Cinta aparece mirando a la ciudad y a las marismas del Odiel, las cuales se divisan desde su santuario, en clara alusión a la protección que sobre ellas realiza la venerada imagen gracias a su patronazgo, motivo que a su vez le da pleno sentido a la celebración en 2017 del 25 aniversario de su Coronación Canónica. Otros detalles alusivos a esta efeméride son las tres embarcaciones -que quieren recordar el cartel de la coronación, así como su vinculación marinera y descubridora- y el gesto del Niño Jesús -en su representación mural- que parece "coronar" la figura de su bendita Madre.

 

 
 

 

Manuel Prados

La pintura, realizada para ilustrar la famosa "subida" de la Virgen de la Asunción del municipio sevillano de Cantillana, quiere reflejar la alegría, el sabor y la luz que desprende dicha localidad, un exponente claro de la devoción mariana de Andalucía, una fiesta que huele a Andalucía.

Se trata de un óleo sobre lienzo donde dos estilos conviven en comunión. En la composición, la Asunción, bella talla original del siglo XVI retocada en el XIX por Gabriel de Astorga, es retratada bajo un estilo realista romántico, que de forma preciosista significa el eje central de la obra.

Un retrato que se funde, y con ello se transforma, en una escena costumbrista, surcando una carreta las calles inundadas del calor de su pueblo, momento que se plasma dentro de una técnica propia del autor: un desarrollo del puntillismo en donde coloristas pinceladas reflejan el vivo y gozoso transcurrir del simpecado.

 

 

Alejandro Martín Caballero

Pintura realizada para el cartel de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario del año 2017, patrona de la localidad cordobesa de Montoro. La pintura, una acuarela que mide 50 x 34 cm, cuenta con una composición sencilla y clásica, pero llena de técnicas y simbología.

Podemos dividir la estructura en tres partes: en primer plano la Virgen con el Niño en la parte central del cartel, llevando en su mano derecha la medalla de la Hermandad del Rosario como símbolo de unión y devoción al Santo Rosario, que pende de la mano izquierda -anteponiéndose al texto realizado en plan de plata- y es Jesús quien lo entrega al espectador. La técnica utilizada en la figura central ha sido una acuarela muy saturada, con un perfecto estudio de los ropajes y los estofados, buscando el contraste entre la figura central y el fondo.

En término intermedio aparece el segundo titular de la Hermandad del Rosario, San Bartolomé, representado por el campanario del templo que lleva su nombre, centro de la devoción al Rosario en Montoro durante sus cultos. Las campanas repican mientras caen pétalos que se convierten en rosas. La presencia de flores en el cartel es la representación plástica de la devoción de Montoro a su patrona y del rezo del rosario.

En último término, a la izquierda, se dejan entrever en tonos ocres unas mariposas que van hacia la Virgen, símbolos de los cristianos que buscan a María igual que las mariposas a la luz. A la derecha, coronando la composición, un rompimiento de gloria como el de la bóveda del altar mayor de la capilla de la Virgen del Rosario, elemento pictórico muy utilizado en el arte cristiano y que cobra su apogeo en el barroco.

Los ángeles que revolotean rinden culto a la Eucaristía que porta uno de ellos, como titular igualmente de la Hermandad del Rosario, símbolo del amor hacia Cristo. Con ello el autor también ha querido homenajear el 400 aniversario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo, maestro pintor de Sevilla, famoso por sus escenas religiosas, y cuyo arte, siglos después, sigue siendo modelo para muchos artistas.

 

 
 

 

Jesús Caballero

Este artista nos presenta dos obras. La primera es el cartel que realizó para anunciar la salida procesional de la hermandad sevillana de Nuestra Señora del Carmen (San Leandro). Un cartel que tiene a La Divina Comedia de Dante como base teórica y simbólica al poseer bastantes nexos con la iconografía carmelita. Además, toma como referencia algunos fragmentos de un interesante artículo publicado hace algunos años en La Hornacina que habla del origen de la devoción a la Virgen del Carmen.

La obra en concreto se centra en el ascenso de Dante por el Purgatorio, lugar descrito como una montaña en espiral, con siete niveles, necesaria para alcanzar el Paraíso. Durante su ascenso se suceden unas visiones místicas que evocan un recorrido por los siete pecados capitales y que ofrecen, a su vez, ejemplos de María como modelo de virtud frente a ellos, pues en su ser encarna los siete dones. La traducción plástica de este concepto se muestra con la realización del collage en papel, el cual, formado por extractos del segundo canto de La Divina Comedia, define y bordea el cuerpo principal del que nace la imagen labrada por Francisco Buiza, retratada por Jesús Caballero a grafito y coronada por el rosetón de la Catedral de Sevilla, realizado en pan de oro para ilustrar otro aspecto más de la iconografía carmelita: Flor del Carmelo, pues según la iconografía gótica, al rosetón, proveniente del latín "rosa", se le atribuye una traducción simbólica mariana por su apariencia similar a la de una rosa. Dentro de los diferentes elementos tipográficos que aparecen en el cartel, destacar las palabras clave que conforman el contorno de la corona, junto al rosetón, y en las que se pueden leer los siete dones o virtudes que Dante veía en María durante su ascenso por el Purgatorio. Esto pretende comunicar que su corona no es la perceptible: su corona es la perfección, la virtud, inaccesible a la percepción humana.

El segundo cartel anuncia las fiestas de Nuestra Señora de Consolación, una imagen mariana de Joaquín Gómez del Castillo (1940) muy venerada en Cartaya (Huelva), reproducción de la original dieciochesca destruida cuatro años antes en los disturbios de la Guerra Civil. Esta composición, al igual que la anterior, profundiza en La Divina Comedia de Dante. En concreto se centra en el canto XXIII del Paraíso, pasaje que describe la realeza de la Virgen como una aparición cargada de espíritus triunfantes, estrellas fijas, etcétera, todo ello iluminado por el resplandor de María, que se eleva gloriosa sobre la bóveda celeste, representada ésta en el cartel mediante el diseño de la cúpula barroca del templo parroquial de San Pedro de Cartaya, y proyectada en torno al simbolismo de dicha arquitectura cupulada, cuya construcción representa esa bóveda celestial. Una interpretación que evoca la majestad de María utilizando elementos vinculados a la efigie cartayera.

 

 

Maripaz García González

El último de los carteles que presentamos ha sido realizado para anunciar la salida extraordinaria en Cádiz de la imagen de Nuestra Señora de la Amargura que tendrá lugar el próximo 16 de septiembre. En primer plano aparece el rostro de la Dolorosa, y al fondo, en la esquina izquierda, su paso procesional.

La Virgen es una obra del escultor Sebastián Santos de innegable corrección escultórica y aristocráticas formas que sosiegan su dolor. De su paso destacan el palio y el manto, diseñados por Juan Pérez Calvo y bordados por el Colegio San Martín (1955-1959), así como los elementos de orfebrería cincelados por Jesús Domínguez.

 

 

Juan Fernández Robles

Pintura sobre tabla realizada al óleo, con fondo de pan de oro, en la que aparece representada la imagen del Nazareno de la localidad sevillana de Estepa, excelente talla dieciochesca del maestro escultor Luis Salvador Carmona que porta una característica cruz de caoba con apliques de plata.

La pintura, cuyas dimensiones son 50 x 70 cm, se engloba sobre un fondo dorado al igual que los iconos bizantinos, de ahí que se obvie cualquier tipo de sombra o contraste. En este caso, además, el fondo se muestra craquelado como símbolo de la fugacidad del tiempo (tempus fugit) y del declive de todo lo banal.

 

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