NUEVAS OBRAS DE PINTURA SACRA

Con información de Juan Dobado, Sergio Cabaco y sus autores (26/05/2017)


 

 
 
 
 

 

Beatriz Barrientos

El cartel anunciador de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Salud, de la sevillana Hermandad de San Gonzalo, es una obra de Beatriz Barrientos Bueno. Realizado en acuarela sobre papel, el protagonismo reside en la imagen de la Virgen de la Salud (Luis Ortega Bru, 1977).

Se trata de una obra cargada de simbolismo, donde la Dolorosa arropa con sus manos la espadaña de la Parroquia de San Gonzalo, alojada bajo el pecherín, a modo de abrazo maternal y de cariñoso gesto de acogida de todos los hermanos que conforman la Hermandad. La presencia de este elemento representativo de la iglesia parroquial se debe no sólo a que sea la sede de la Hermandad de San Gonzalo, sino que este año también se celebra el 75 aniversario fundacional de la corporación y de la Parroquia en la que reside.

La mano derecha apunta y presenta el rótulo anunciador de su Coronación Canónica, de esta manera se muestra próxima al espectador. Así, la posición de su mano está adelantada al plano que ocupa la rotulación en una clara demostración de avance e incluso intento de salida del propio límite del cartel. Es la Virgen quien ofrece su mano para tomarla y acompañarla en el acto que tendrá lugar el próximo 14 de octubre. Alrededor de sus manos caen cinco flores de azahar, las cuales simbolizan tanto el número de letras que componen su nombre, Salud, como alude al Barrio León, donde se encuentra la Parroquia de San Gonzalo. La artista también se ha inspirado en una frase del Hermano Mayor de la Hermandad, la cual dice que Nuestra Señora de la Salud "llora entre jardines cuajados de azahar, jazmines y dama de noche" que rodean la Parroquia de San Gonzalo.

El juego de luces que enmarca a la Virgen es quizás el elemento estético más llamativo y representativo del cartel; la inspiración le llegó a Beatriz Barrientos con las últimas palabras de su salve: "Esperanza Salvadora, blanca estela radiante de luz". Imaginando el acto de su coronación canónica en el templo metropolitano de Sevilla, la autora visualizó a Nuestra Señora de la Salud rodeada por los haces de luz procedentes de la vidriera del rosetón del templo catedralicio. Ante sus ojos apareció luminosa y radiante, coronada por estelas rojas, amarillas y verdes, que son las que ha representado en el cartel.

 

 
 

 

José Luis Castrillo

José Luis Castrillo Guzmán (Sevilla, 1959) es una reconocido pintor de formación autodidacta que compagina su prolífico trabajo personal en la pintura con las clases particulares que imparte a alumnos aventajados en su propio estudio. Ha participado en numerosas muestras individuales y colectivas, y sus creaciones se encuentran en colecciones nacionales e internacionales, como las de la Casa Ducal de Alba o Caja Rural de Sevilla.

El artista nos presenta dos de sus últimas obras. Con Ecce Homo o La Coronación de Espinas (óleo sobre tabla de 44 x 35 cm) se inspira las famosas testas pasionistas de Guido Reni, con ligeros recuerdos al Greco, llevando el trabajo a su propio estilo y forma particular de ver la pintura.

Por otro lado, con La Luz de mi Sagrado Corazón (óleo sobre papel montado sobre tabla, 50 x 40 cm) recrea las famosas representaciones de Jesús Niño en la mencionada iconografía, cuya conmemoración tiene lugar en el presente mes de Junio. Al igual que la anterior, posee el trazo rápido, certero, grueso y empastado de su creador, cuyas creaciones sacras también se caracterizan por el expresionismo y el profundo estudio del claroscuro.

 

 
 

 

Manuel Caliani

También dos obras presenta este joven artista. La primera es el Cartel Universitario editado por la Hermandad de los Estudiantes de Huelva. Es una obra que combina la técnica al agua mediante la acuarela y el vino tinto (que no podía faltar por su relación con la advocación eucarística del Crucificado titular, y que con su oxidación grisácea provoca efectos muy interesantes) y el gouache, con el pastel. La diagonal ejerce el ritmo predominante en la composición: desde el rostro del Cristo de la Sangre (Antonio León Ortega, 1949) hasta la imagen de Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, teólogo y filósofo, patrón de los estudiantes y las universidades, no cayendo el autor en el recurso del peculiar emblema de la UHU. Un Santo Tomás que difiere de su recreación tradicional, apareciendo juvenil y barbado, en esa dualidad por una cofradía actual que apuesta por la sabiduría y la cultura. La diagonal se refuerza por los rayos en forma de destello que emanan de la cabeza del Señor, e inspiran grácilmente al Santo, como guiño a las pinturas de Francesco Traini (1321-1365) y Benozzo Gozzoli (1421-1497) donde los rayos de luz representan la transmisión de la sabiduría divina. La propia atmósfera que envuelve la escena acompaña la transición de la oscuridad de la noche de la incultura y la banalidad, hasta la aurora que nace de la sabiduría y el amor de Dios, materializados en la Redención y la Sangre. Como en una atmósfera extraída de un poema de García Lorca, Caliani ha querido fundir un fragmento de la Oración del Estudiante escrita por Santo Tomás de Aquino, que acompaña los ritmos del costado del Señor, de donde el Santo recoge amorosamente con la pluma la tinta de la sabiduría.

La otra pintura ha sido realizada por el 75 aniversario de la hechura de María Santísima de las Tristezas, titular de la hermandad sevillana de la Vera+Cruz (Antonio Illanes, 1942). Se trata de un retrato de la Virgen extraído de una impresión a partir de la atmósfera que evoca el patrimonio musical de la Vera+Cruz. Atraviesa su pecho una espada, que junto al puñal es símbolo por antonomasia del dolor en Andalucía, y da título a una de las piezas musicales de la Vera+Cruz, "Doloris Gladius" ("Espada dolorosa"), compuesta por Javier Pérez Pavón, componente de la Capilla Musical "Gólgota" de Huelva. En lugar del corazón, la espada atraviesa una clave de sol a modo de letra G, símbolo de la formación musical onubense que acompaña a María en sus Tristezas cada Lunes Santo. Para Caliani el patrimonio musical de la Vera+Cruz refleja a la perfección su filosofía y carácter. El dolor en la Virgen de la Vera+Cruz es un dolor paradójicamente dulce, melancólico y romántico, y eso ha pretendido representar, según la música interpretada por dicha formación onubense.

 

 
 

 

Rubén Terriza González

Cartel de la Procesión de la Divina Pastora Coronada de Capuchinos. Obra en técnica mixta: óleo y pan de oro sobre tabla. Es composición alargada que tiene como elemento principal el óvalo con la Pastora Coronada de Sevilla (José Fernández Guerrero, 1802). En ella podemos ver a la Virgen a plena luz del día tras haber recibido una lluvia de pétalos en su procesión. En la parte inferior asoma la oveja y al fondo el granado. La Virgen aparece vestida con manto verde y con tiara, recordando una estampa añeja.

Dicho óvalo está rodeado de guirnaldas de flores por las que se enreda el lazo con el color de la Hermandad y que también recuerda los adornos del convento durante los cultos. Entre las guirnaldas podemos ver espigas, uvas y granadas, y como detalle emblemático, el pajarillo posado sobre el brazo de María.

En la parte inferior del cartel, vemos una estampa antigua de la procesión por la Ronda de Capuchinos, con la muralla y la bulla alrededor de los ciriales que anteceden el paso de la Virgen.

El color base de la obra es un azul que recuerda el cordón de la medalla y el cielo que cobija a la Señora durante su popular tránsito por la calle Antonio Machín. La composición se cierra con la tipografía que, al igual que en la parte superior, mantiene los colores de la Hermandad de la Divina Pastora Coronada de Capuchinos.

 

 

Gonzalo de Ory

Cartel de la exposición Joyas de la Emperatriz. El Joyero y el Ajuar de la Virgen del Carmen Coronada de Córdoba, recientemente celebrada en el Círculo Mercantil de Sevilla (ver enlace).

El cartel es una obra de Gonzalo de Ory Carreto, joven alumno de Bellas Artes de la Facultad de Sevilla, que ha recreado una estampa recortada de principios de siglo con la típica estética modernista, en la que aparece la imagen del Carmen Coronada (talla dieciochesca atribuida al escultor cordobés Alonso Gómez de Sandoval) con la valiosa tiara llamada "del milagro", labrada en oro y amatistas.

La Virgen luce también el peto de gala, de la Marquesa de Benamejí, del siglo XVIII. Abajo en una cartela, como la llaman sus devotos, el título de Emperatriz Cordobesa.

El autor ha empleado la técnica del dibujo y la acuarela, en tonos muy suaves de gran belleza, para ilustrar una muestra que despertó gran expectación en la ciudad, ya que el público pudo contemplar, con grandes medidas de seguridad, una de las mejores colecciones de joyas marianas que se conservan en España.

 

 
 

 

Jesús Caballero

La primera obra es un grafito sobre tabla que sirvió para ilustrar la portada del anuario editado por la popular cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ''El Abuelo'' de Jaén. El diseño, además de resolverse en la técnica del grafito sobre tabla estucada, presenta un pequeño laminado en pan de oro que evoca el perfil del madero que porta la venerada imagen atribuida a Sebastián de Solís, resuelto con dos simples líneas que confluyen apuntando directamente al rostro del Nazareno como foco principal de atención.

La segunda es un retrato de Nuestra Señora del Valle, titular de la hermandad sevillana del Valle (original de Juan de Mesa, muy reformado por José Ordóñez) una obra que sigue la estética de otras anteriores del autor, en las que se sigue trabajando e investigando las posibilidades del grafito para crear atmósfera, degradado para siempre intentar llegar al mejor resultado. Es una obra de la que Jesús Caballero se siente muy satisfecho con el resultado, en parte por la complejidad que muestra la talla de la Dolorosa en sí a la hora de retratarla.

 

 

Ignacio Pizarro Ortego

Con esta pieza, titulada Suena la Amargura de Sevilla, realizada en bolígrafo bic y acuarelas sobre lienzo (21 x 12 cm), el autor representa el rostro de la venerada imagen sevillana de María Santísima de la Amargura (Taller de Pedro Roldán, hacia 1700) sobre un fondo con la cruz de San Juan Evangelista a modo de tapiz.

A cada lado del cuadro se encuentra en transparencia dos símbolos de la Dolorosa que difuminan su bello semblante: a la izquierda, el tocado, y a la derecha, un extracto de la partitura original del maestro Font de Anta, compositor de la marcha que lleva su nombre, todo un himno de la Semana Santa sevillana.

 

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