NUEVAS OBRAS DE JUAN MANUEL MIÑARRO

Juan Manuel Miñarro López (04/04/2014)


 

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Se trata de una escultura de bulto redondo, totalmente anatomizada. La constitución somática, según Judica Cordiglia, se podría describir como la de un hombre alto de estatura, (mide 183 cm de altura, aunque se halla por necesidades de la composición) guardando las líneas de su tronco y extremidades armonía y proporción escultural, equilibrado tanto en anchura como en longitud. Motivo por el cual el hombre de la Síndone se puede definir como un Normotipo; es decir: presenta una estructura somática del todo peculiar, encontrándose fuera y sobre cualquier tipo de clasificación étnica. En todo caso para las proporciones hemos tenido en cuenta los estudios antropométricos relacionados con la Sabana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo.

Con esta imagen para la Hermandad de la Coronación de Espinas del Cabanyal (Valencia), cuyo título es Santísimo Rey de los Dolores, hemos perseguido el objetivo de representar un momento inmediatamente después del castigo de la Flagelación y justo antes de la burla del rey. La imagen aparece al punto, casi congelado en el instante de caer sobre el poste al que aún permanece ligado por grillete y cadena, aunque solo por su mano derecha; mientras que la mano izquierda ya ha sido desprendida de la ligadura. El cuerpo está vencido por el castigo, solo apoyado en tres puntos sobre el frío suelo.

Esta hechura cristífera será parte de un grupo compuesto por tres milites romanos. Este año solo hemos terminado el portador de la corona de espinas. En el año 2015 se realizarán los restantes milites: el portador de la clámide purpura y el que portará el grillete que ligaba la mano izquierda del Señor al poste. Hemos querido prescindir de la típica columna, que es tradición repetida, para añadir unos elementos compositivos novedosos que aumentan, a nuestro juicio, el realismo de la escena: madera ajada y seca, unida a los fríos elementos metálicos que se representan como método de fijación del reo.

Para conseguir la dosis de comportamiento original que deseábamos, hemos estudiado hasta los más pequeños detalles. Destacaremos, por ejemplo, la implantación de ojos de cristal elaborados y dentadura completa de porcelana. Igualmente para la representación plástica de algunas heridas o hemorragias en el Cristo, hemos aplicado procedimientos que nos han permitido resolverlas con realces o relieves. Para la mayoría de las lesiones y fluidos, hemos tenido muy presente los datos científicos extraídos de la Sabana Santa de Turín. Pues los consideramos una fuente importantísima de datos que representan una base solida de información histórica y científica. Sin embargo, hemos eliminado la realidad sustancial del martirio y con ello, la crudeza que han observado y descrito muchos especialistas forenses estudiosos de la Síndone.

La figura del milites romano, portador de la corona de espinas, se ha realizado con técnica de talla directa desde plantillas. Solo la cabeza y las manos fueron modeladas previamente. Es de madera del mismo tipo de la usada en el Cristo y además comparte la mayoría de las cuestiones técnicas ya descritas, con lógicas variables. No posee ojos de cristal ni otro tipo de postizo mencionable. Presenta un semblante irónico, adornado por una sonrisa sádica. En las manos porta una corona de espinos realizada con ramas de acacia. Su indumentaria se compone de los siguientes elementos: casco del tipo imperial gálico, basado en un modelo encontrado en Aquincum (Hungría) de la segunda mitad del siglo I; coraza del modelo Lorica Segmentata, el más conocido de los usados por las legiones romanas, cuyo uso se extendió desde el principio de nuestra era hasta el siglo II-III; cíngulo romano y faldellín, reconstrucción basada en restos arqueológicos; espada gladius, basada en el modelo Hispaniensis; calzado basado en el diseño de las caligaes, y túnica de lana roja.

El equivalente a la llamada pátina ha sido integrado por técnicas de veladuras, formando parte de las capas de encarnaduras. Carnaciones que hemos construido "a paleta" de la misma manera que se pinta un cuadro. Todo queda integrado, sabiendo aprovechar los mordientes. La película final, o si quieren llamarla superficial, es una preparación a la cera elaborada por nuestro taller y en ella también nuevas secuencias de veladuras.

Para terminar queremos insistir en que se ha buscado, por encima de todo, el equilibrio entre dos bloques de realidades: la histórica -anatómica y forense- y las derivadas de las exigencias del hecho artístico. Para ello hemos utilizado todos los instrumentos útiles del lenguaje y procedimientos de la escultura, y hemos hecho el esfuerzo de tratar de conectarlo todo a través de los prismas del Arte, la información histórica y la científica.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de las obras a través del icono que encabeza la noticia.

 

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