NUEVA OBRA DE JUAN MANUEL MIÑARRO

08/03/2009


 

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La imagen está compuesta para entablar un consolador diálogo con María Dolorosa, principal papel del Discípulo Amado en el ciclo de la Pasión y Muerte del Maestro. Concebida para ser vestida, lleva uno de los ropajes propias del apóstol: túnica azul -color que simboliza la virginidad propia de su corta edad- y mantolín rojo -símbolo del infructuoso martirio al que fue sometido-, ambas ricamente bordadas en hilo de oro.

Al tiempo que conforta a María, el santo, labrado en madera policromada de cedro, le indica con sus manos el camino tomado por Jesús hacia el Monte Calvario, de ahí que sea recreado momentos antes del angustioso encuentro entre Madre e Hijo, en el tramo popularmente conocido como Calle de la Amargura.

El estudio anatómico es realmente notable en las extremidades -posee pies descalzos a la vista del espectador-, cabeza y rostro. La oscura melena, de longitud media y peinada con raya al lado, se distribuye en sinuosos y prietos mechones, cayendo ligeramente un mechón sobre la frente y otro sobre el hombro derecho.

Miñarro concibe un San Juan joven y bello, imberbe y dialogante, como es usual en los simulacros del santo visionario integrados en el ámbito pasionista, pero provisto a la vez de un semblante que comienza a mostrarse curtido por las enseñanzas mesiánicas y el sufrimiento vivido ante los tormentos padecidos por el Redentor en aras de la salvación de los cristianos. Tanto la composición como la iconografía recuerdan piezas clásicas sevillanas, salidas de las gubias de artistas como Juan de Mesa y Velasco o Benito de Hita y Castillo.

Ha sido presentado en la muestra Aportaciones a los Estudios de la Sábana Santa de Turín y a la Imaginería en la obra del Escultor Juan Manuel Miñarro, en la que se halla dispuesto junto a la Virgen del Amor (1991), una de las mejores Dolorosas del escultor, conservada en su céntrico taller de la capital hispalense.

Si pulsan en la imagen que acompaña la noticia, podrán ver más fotografías de una talla realizada para el culto interno de la Cofradía de los Dolores, de la barriada sevillana de El Cerro del Águila, para la que Juan Manuel Miñarro también ha realizado el Cristo Nazareno de la Humildad, la restauración del resto de sus titulares y el grupo de figuras de misterio del primer paso procesional.

 

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