El 10 de septiembre de 1623, el canónigo de la iglesia colegial de la villa ducal de Osuna, Diego de Fontiveros, encarga al imaginero cordobés Juan de Mesa un Cristo Crucificado de seis cuartas de alto y "a contento y satisfacción del dicho canónigo y a vista de maestros del dicho arte". Hoy, casi 400 años después, podemos seguir contemplando este maravilloso simulacro en el recinto sagrado de la insigne colegial aunque no apreciarlo en su dimensión real.

¿Por qué el canónigo Fontiveros busca a Juan de Mesa para su encargo? ¿Qué ofrece la iconografía del Cristo Crucificado para el anhelo devocional de los fieles? ¿Cuáles son los motivos por los que el artista selecciona un modo de representación personal de la efigie de Cristo? ¿Forma parte el Cristo de Osuna de un grupo de Crucificados que comparten características físicas e ideológicas?

Para intentar dar respuesta a estos interrogantes, José Carlos Pérez Morales, doctor en Historia del Arte, celebrará una conferencia el próximo 2 de marzo de 2018, a partir de las 20:30 horas, en el Casino de Osuna, en la que invitará al público asistente a adentrarse en la Sevilla de las primeras décadas del siglo XVII, donde el fluir comercial con las Indias se erigía como un imán para los artistas.

En la conferencia, que lleva por título El Santo Cristo de la Colegial de Osuna. Espiritualidad ignaciana para la íntima plegaria, comprobaremos qué razón lleva a Diego de Fontiveros a desplazarse a la collación de san Martín para encomendar a Juan de Mesa su Cristo Crucificado y por qué éste inserta la estética de la hechura en un complejo entramado ideológico cuyo origen se encuentra en la esencia de la propia Compañía de Jesús.