En el final del mes de febrero el escultor alicantino Joaquín Mayans Ruiz nos presenta su última obra: La Sagrada Familia. Es un conjunto formado por tres figuras realizadas en terracota y de 120 cm de altura, encargo para una devoción particular de la población de Redován (Alicante) donde el escultor tiene su estudio.

Las figuras de María y José están vestidas por Raúl Hinojosa Cosano, de Málaga, la orfebrería es de José Antonio Conradi, de Sevilla, y la vara de San José, de flores de talco, ha sido realizada por Antonio José Egea.

Mayans nos presenta a María sentada, sosteniendo sobre su pierna izquierda a Jesús, que se ha dormido en sus brazos. La pierna flexionada hace reposar su pie sobre un cojín en señal de majestad. José, en pie, flexiona su brazo derecho dirigiendo su mano al pecho, mientras el izquierdo se extiende para sostener con su mano la vara florida. Con rostro sereno observa la escena.

La figura de San José, en atención al especial recuerdo que se celebra este año sobre dicha advocación, está preparada para mostrarse en solitario sosteniendo al Niño en su brazo derecho, mientras coge la vara florida con la mano izquierda, reforzando su figura de protector con su dulce expresión.

Finalmente, el Niño Jesús es representado dormido y realizado con un modelado suave y completamente desnudo, piernas flexionadas y brazos que reposan sobre las mismas en actitud de recogimiento, contribuyendo con ello a dar ternura a la escena.

El vestidor Raúl Hinojosa utiliza diversos elementos textiles para su aportación a las efigies, como la seda rosa para la túnica que sujeta con un fajín morado, el raso azul para el manto, la blonda blanca para la toca y las puntillas para el pecherín. El Niño reposa sobre un precioso paño de encaje. Para San José ha escogido terciopelo granate en la túnica, sujeta con fajín tipo hebreo, y capa de brocado marrón y oro al que añadir puntillas en pecho y bocamangas, pañuelo de blonda y lazada en la palma de brocado crema con flecos.

Las esculturas, como hemos dicho, están enriquecidas con la orfebrería de José Antonio Conradi, que ha realizado la aureola de San José, la corona imperial de María y el nimbo del Niño, toda en baño de plata.

Un último detalle es la vara de San José, que además del tradicional ramo de azucenas en su extremo se ve decorado en toda su longitud por diferentes hojas en plata y oro, todo realizado con la técnica de las flores de talco por el artista Antonio José Egea y que nos recuerda las tradicionales palmas del Domingo de Ramos.

Esta iconografía bebe de la representación de la "Sagrada Familia" que ya realizara el autor hace dos años para el altar de la Natividad de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario de Callosa de Segura (Alicante) por encargo de la Asociación de Belenistas de dicha ciudad, más dirigida hacia la intimidad del nacimiento, que hacia sus primeros años en Nazaret. Dicha obra fue presentada en La Hornacina el 28 de diciembre de 2018.

En resumen, una obra clásica que aumenta la producción de este escultor para la imaginería levantina, con ese guiño al arte napolitano y su fusión con la escuela andaluza por sus vestimentas y complementos.