Escultura de Cristo resucitado que ha sido encargada por la Asociación de Cofradías de la Semana Santa de Ciudad Real para procesionar en la mañana del Domingo de Resurrección a partir del próximo año 2020. Es una obra que mide 180 cm de altura (más de 2 metros con la peana), íntegramente tallada en madera de cedro real y policromada al óleo, en la que Martín Nieto ha invertido más de dos años de trabajo intermitente.

Nuevamente el escultor ha contado con la colaboración del pintor Manuel Peña Suárez en los estofados del sudario, los cuales presentan una ornamentación de aires renacentistas con elementos teológicos alusivos a la Resurrección de Cristo y a la vida eterna: Dios padre, la paloma del Espíritu Santo, el pavo real, el ave fénix... así como motivos que hacen referencia a la Pasión de Jesús como los lirios morados.

Hablamos de una figura de corte naturalista, rigurosa en la anatomía e idealizada en su belleza. Una talla de gran complejidad según su autor, ya que muestra a Jesús glorioso, lejos ya de su imagen pasionista con la que los cofrades suelen identificarse más a la hora de rezar en busca de alivio para su propio sufrimiento, de ahí quizás la menor conexión que los simulacros de Jesús resucitado suelen tener en las hermandades.

Esta última creación del artista de Morón de la Frontera (Sevilla) es heredera de los prototipos manieristas que muestran a Cristo volviendo a la vida triunfante, con el brazo en alto y en acusado contraposto. Resulta original la disposición de la mortaja a modo de perizoma, adherida todavía en parte a un cuerpo ya limpio de sangre y llagas, salvo las de los clavos, y las rocas a modo de sobrepeana que rememoran las piedras del sepulcro.