Dolorosa de vestir basada en la venerada titular de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Es una efigie de tamaño natural (mide 170 cm de altura), tallada íntegramente en madera de cedro (busto, manos, cuerpo y candelero), con ojos de cristal insertados en su mascarilla, largas pestañas postizas en los párpados superiores, cinco lágrimas de cristal fundido sobre sus mejillas y policromía aplicada en su totalidad al óleo.

El escultor no suele realizar copias de otras imágenes, pero en este caso mediaron dos circunstancias: un encargo que, finalmente, no llegó a materializarse, y el reto de hacer una Dolorosa que recordara al máximo, salvando las distancias, a la maravillosa Virgen de la Esperanza de Triana. Actualmente se encuentra a la venta en el taller que Martín Nieto tiene en su localidad natal, Morón de la Frontera (Sevilla).

Para llevar a cabo esta obra, su autor ha contado mayormente con material gráfico -también ha visitado tres veces la Capilla de los Marineros, templo donde recibe culto la imagen, aunque sin poder medirla al detalle-, así como con la colaboración de Luis Álvarez Duarte -restaurador de la Virgen-, Javier Sánchez de los Reyes -asesor artístico de la corporación trianera, Javier Hernández -vestidor- y José Antonio sevillano -prioste-.

Junto a los mencionados, Martín Nieto incluye entre sus agradecimientos a su compañero José María Ruiz Montes -con el que ha compartido el proceso de modelado-, al pintor Manuel Peña Suárez -que ha intervenido en el pincelado de cejas y pestañas-, a su oficial Juan José Fernández Almagro -su mano derecha en el taller- y al diseñador David calleja -encargado de ataviarla según el inconfundible estilo de la Dolorosa trianera-.