NUEVO PROYECTO DE RAFAEL MARTÍN HERNÁNDEZ

Rafael Martín Hernández (29/10/2013)


 

 
 

 

Proyecto en terracota patinada del misterio de la Exaltación de Cristo en la Cruz, inscrito por el escultor Rafael Martín Hernández en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía. Se trata del boceto de un grupo dividido en dos escenas: en la delantera está representada la propia Exaltación, llevada a cabo por tres mercenarios o verdugos romanos; mientras que en la trasera se describen los preparativos de la crucifixión de los dos ladrones, Dimas y Gestas, ejecutada por dos legionarios romanos, uno de ellos a caballo.

 

 
 

 

La escena delantera describe el momento en el que la cruz es levantada mientras Jesús se revuelve de dolor en el madero. El expresivo rostro del Crucificado, de potente e idealizada anatomía, se halla marcado por el dolor y la ansiedad, y busca la calma en los ojos de la Virgen María, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. El giro de la cabeza de Cristo, apenas dirigida hacia las alturas, favorecerá la comunicación con los devotos una vez se halle enderezada la cruz en el templo durante el culto diario.

La forma latina de la cruz es más reconocible que la "tau" sugerida para los ladrones. Según arqueólogos e historiadores, es más probable que en la Antigua Roma los "stipes" se encontrarían ya clavados en los campos de tortura como el Gólgota; por tanto, los condenados a muerte presumiblemente cargarían hasta allí solamente con el patibulum sobre sus hombros. Ello, además, facilitaría considerablemente la labor de izar al condenado, hecho que se correspondería con el carácter práctico de la sociedad romana.

En este proyecto dos mercenarios tiran de cuerdas fijadas en los extremos del patibulum mientras un tercero empuja el stipes: el situado en el costero izquierdo está de espaldas y deja caer su peso hacia delante, aumentando así la tracción ejercida sobre la cuerda, mordiéndose el labio inferior y frunciendo el ceño con gesto de máximo esfuerzo; mientras, es apremiado por otro mercenario, situado en el costero derecho, quien tirando de la cuerda hacia el frente le dirige una airada mirada; por último, el tercer verdugo, situado detrás de Cristo dibujando su cuerpo una diagonal que se contrapone a la de la cruz, empuja el stipes hacia delante.

 

 
 

 

La escena trasera puede subdividirse en otras dos diferentes: en el costero izquierdo, el mal ladrón, exhibiendo un frágil y delgado cuerpo y portando el patibulum sobre sus hombros fijado con cuerdas, se rebela y amenaza con una piedra al centurión a caballo, quien con desprecio se vuelve para golpear a Gestas con el flagrum que porta en la mano derecha, mientras con la izquierda intenta enderezar las riendas del caballo, que intenta huir revuelto por la violencia del momento; por el contrario, en el costado derecho Dimas, dolorido y agotado, buscando con sus ojos a Jesús, expresa aceptación y arrepentimiento, mientras un legionario lo incorpora, tirando del patibulum hacia arriba después de ser fijado al leño mediante clavos en las muñecas.

 

 
 

 

Por otro lado, Martín Hernández ha realizado en resina un monte empedrado para el paso procesional que comparten las imágenes de Jesús Nazareno y el Cristo de la Sangre del municipio onubense de Palos de la Frontera. Dicho monte, además de permitir la introducción de la cruz del Crucificado, ofrece la posibilidad de adaptar la peana del Nazareno gracias a su estructura desmontable (imagen inferior).

Para la misma cofradía de Palos de la Frontera, Martín Hernández también ha llevado a cabo una cruz arbórea en madera ahuecada, de apenas 12 kg de peso, que permite la extracción de uno de los tramos del patibulum (imagen superior) para facilitar la salida y la entrada a través del dintel de la puerta del templo de San Jorge. Los extremos están rebajados para colocar las cantoneras cinceladas por el orfebre sevillano José Manuel Bernet. Por último, el madero posee una pieza extraíble que oculta el tornillo de fijación a la imagen.

 

 

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