RESTAURACIÓN DE UNA OBRA MALAGUEÑA DE ALONSO DE MENA POR QUIBLA RESTAURA

02/10/2020


 

 
 
Foto: Fernando Ruiz Narváez

 

El Cristo de la Victoria, de la Catedral de Málaga, se encuentra de nuevo expuesto al culto en su capilla desde este jueves 5 de noviembre, tras un proceso de restauración que ha llevado a cabo Quibla Restaura.

Este trabajo forma parte "del empeño de restaurar el rico patrimonio que la Catedral custodia, para ponerlo en valor ante sus visitantes y que sigan cumpliendo el objetivo de acercar a Dios a los fieles", han informado desde el Obispado de Maálaga. En un comunicado han precisado que en poco espacio de tiempo se han intervenido tres grandes crucificados que forman parte del arte producido en torno al siglo XVII en Andalucía, y que, en palabras del deán Antonio Aguilera, "se han convertido en iconos significativos de la Catedral".

Según ha explicado el deán, en primer lugar está la restauración del Cristo del Perdón, con motivo de la exposición monográfica sobre su autor Pedro de Mena, Granatensis Malacae (ver enlace), que junto a la Virgen Dolorosa, fue restaurado por Francisco Naranjo y María Ángeles Mulero en el Palacio Episcopal.

También está el Cristo de la Clemencia, que formaba parte del Calvario que remataba el retablo de la cabecera de la Iglesia del Sagrario. En este caso, ha sido restaurado por Juan Manuel Miñarro en su estudio de Sevilla y será expuesto en su ubicación tradicional cuando se acometan las obras de dicho lugar.

La última de las obras en las que se ha intervenido es el Cristo de la Victoria, que procede del antiguo convento de los padres capuchinos de Málaga y fue tallado por Alonso de Mena y Escalante (Granada, 1587-1646), un "autor que, sin olvidar la tradición clasicista de la que bebe, muestra en sus esculturas las nuevas claves barrocas marcadas por las disposiciones del Concilio de Trento", ha dicho Antonio Aguilera.

 

 
     
     
Foto: Fernando Ruiz Narváez

 

Este Cristo crucificado de Alonso de Mena, padre del más conocido escultor Pedro de Mena, ha sido restaurado por Quibla Restaura en el obispado malagueño. Este equipo es el que ha hecho posible que luzca nuevamente en la capilla de su mismo nombre ubicada en el templo metropolitano de Málaga.

La obra de Alonso de Mena, injustamente eclipsada por la de su hijo Pedro, se caracterizó por ser un ejemplo de transición entre el manierismo y el naturalismo barroco, presentando un cruento dramatismo en sus obras pasionistas. También destacó por sus lecciones de anatomía y el minucioso detallismo a la hora de representar el desnudo, como podemos ver en el Cristo de la Victoria.

El tratamiento aplicado al crucificado ha supuesto la limpieza de la policromía, el tratamiento de protección ante agentes xilófagos y la reparación de elementos dañados por el tiempo, todo ello "bajo los parámetros de intervención mínima y reversible que ha sido fruto de un equipo multidisciplinar de seis restauradores y restauradoras, dos tallistas y un equipo de químicos", han indicado desde el Obispado de Málaga.

Tras estudiar otros crucificados de Alonso de Mena, se comprobó que el de la Victoria debió contar en su origen con cruz arbórea y, por tanto, se consensuó con la Catedral de Málaga la posibilidad de realizar una cruz de nueva factura y del referido tipo para sustituir a la que acompañaba al Cristo, al no ser la original y tener un corte liso y rectangular. Ha sido realizada por el taller de Raúl Trillo y Salvador Llamas.

El obrador de Alonso de Mena monopolizó la actividad estatuaria en la Granada del segundo cuarto del siglo XVII. Entre sus muros se formaron artistas de la talla de Pedro Roldán y Bernardo de Mora, así como sus propios hijos Alonso y Pedro. De hecho, Pedro de Mena continuó la actividad del taller después de la muerte de su padre, hasta que, en 1652, entró bajo la influencia de Alonso Cano.

 

 
 
Foto: Fernando Ruiz Narváez

 

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