La
evolución del proceso creativo de los bordados civiles y religiosos a lo largo
de la historia ya tiene un punto de análisis y divulgación en la capital. El
recién rehabilitado Palacio Crópani, del siglo XVIII, se ha convertido en la
sede del Museo de los Reales Oficios de Málaga, que acoge una colección
formada por un millar de obras de las que se han elegido una selección
representativa que permite apreciar las fases de este oficio artesanal tan
arraigado a la cultura andaluza.La mayoría de estos proyectos están vinculados a los talleres de Fernández y Enríquez, de Brenes (Sevilla), y Bordados de La Trinidad de Málaga, que han intervenido en la restauración de piezas de importantes casas reales.
El museo, que fue inaugurado ayer, exhibe algunos de los bordados más representativos de nuestra Semana Santa malagueña, como la túnica de Jesús Nazareno de la Cofradía de El Rocío, el Estandarte de la Virgen de la Expiración, el Palio de la Cofradía de la Esperanza o las bambalinas de la Cofradía de la Pasión.
Las piezas permiten apreciar las características de los dibujos y las fases intermedias en distintos tipos de papel para la elaboración de los bordados y la confección de las prendas.
Aparte de para este tipo de actividades, el nuevo espacio cultural y de ocio también está disponible para acoger la celebración de congresos, presentaciones, encuentros privados o reuniones empresariales.
