Mañana lunes 12 de diciembre el Palacio de la Aduana se inaugura como Museo de Málaga después de 10 años de proyectos de rehabilitación, restauración de sus colecciones y de su adecuación museográfica. La institución renace con la misión de constituirse como referente territorial y patrimonial en todo el país al tiempo que proyecta una imagen de marca acorde con las nuevas exigencias en la gestión del patrimonio histórico y que lo convierte en una oferta cultural de primer orden en constante diálogo con la red de instituciones que conciernen al patrimonio malagueño, andaluz y nacional.

Los diagnósticos y propuestas que articulan el nuevo Museo en el palacio de la Aduana se han redactado mediante un plan museológico, coordinado por el Ministerio y la Consejería. En 2006 se elaboró el programa arquitectónico, con arreglo al cual se diseñó el proyecto de rehabilitación y adecuación del inmueble para uso de museo, cuyas obras finalizaron en 2013. La Aduana contará de forma permanente con más de 2.000 piezas arqueológicas de las que un elevado número nunca han sido expuestas por ser fruto de excavaciones arqueológicas de Málaga capital y la provincia de los últimos veinte años y unas 300 obras de arte de diversa tipología y materias abarcando un arco cronológico desde el siglo XVI al XX, entre las que destacan las obras de pintura malagueña del siglo XIX o la representación de la vanguardia histórica con Moreno Villa.

El Museo de Málaga unificó sus dos colecciones, de arte y arqueología, en una única institución en 1972, pero será en la Aduana donde por primera vez se encuentren las dos colecciones en una misma sede. En el ámbito de las actuaciones llevadas a cabo para adecuar la colección a su exposición, 906 piezas de arte y arqueología han sido encargadas para su rehabilitación al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

De este modo, el Museo de Málaga será la quinta pinacoteca más grande de España con más de 15.000 piezas arqueológicas y 2.000 referencias de Bellas Artes. En ella se explicarán las colecciones que a lo largo del tiempo han ido depositándose en esta institución y que permiten conocer y reflexionar sobre muchos momentos de la historia de Málaga y su provincia. Se aparta, por tanto, de las tendencias consagradas en otros museos similares, en tanto que las colecciones se establecen como eje central del discurso expositivo, con su origen y periplo hasta el momento en el que cada obra se presenta al visitante mostrando sus valores históricos y artísticos.

La exposición que se presenta al público inicia su recorrido explicando el contexto de la Málaga del siglo XIX, con esas peculiaridades que le otorgó un destacado desarrollo económico gracias a la industria y al activo comercio del puerto y la consolidación de una nueva clase social burguesa, carácter liberal y en contacto con modas y tendencias europeas. En este contexto, el Museo de Málaga relata cómo se fueron configurando dos colecciones. Por un lado, una privada de objetos arqueológicos: la colección Loringiana de los Marqueses de Casa Loring en su finca y jardín de La Concepción. La otra, de obras de arte y de titularidad pública, fruto de la labor de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en la recogida y custodia de los bienes muebles procedentes de la desamortización. Ambas colecciones darán lugar años después a dos museos provinciales en la ciudad que confluirán con el tiempo en el actual Museo de Málaga.

Edificado a finales del siglo XVIII para dotar a Málaga de una aduana acorde con el creciente comercio marítimo de su puerto, la sede actual del Museo de Málaga es un palacete neoclásico diseñado por Manuel Martín Rodríguez con una clara influencia del estilo de Sabatini. Utilizado durante décadas como sede administrativa y comisaría, el proyecto de su rehabilitación y adaptación devolvió al edificio la cubierta original diseñada a dos aguas que se perdió en un incendio de 1922. El 12 de diciembre de 1997, hace ya diecinueve años, se inició una reclamación ciudadana que se cierra mañana 12 de diciembre de 2016.