FOTOESCULTURA: EL 3D DEL SIGLO XIX
06/10/2025
La fotoescultura fue una técnica concebida para representar tridimensionalmente a una persona con absoluta fidelidad, en diferentes formatos y materiales y de forma muy rápida. Fue inventada por el escultor y fotógrafo François Willème (Sedan, 1830 - Roubaix, 1905), patentada en París en 1860 y desarrollada entre 1860 y 1868, utilizando la fotografía y la escultura, lo que convierte a la fotoescultura en un antecedente del 3D. La reducción drástica en el tiempo de posado -10 segundos- fue clave. En una sola sesión, el escultor conseguía 24 placas fotográficas con 24 siluetas del retratado, y con ellas comenzaba el proceso de modelado. Se finalizaban mayoritariamente en biscuit -porcelana blanca sin esmaltar- y solían llevar incisas las palabras "Photosculpture de France". También se realizaron en otros materiales como terracota, escayola o bronce. Para componer la imagen tridimensional utilizaba una linterna mágica -aparato óptico precursor del cinematógrafo- con una fuente de luz interior y mediante un sistema de lentes y espejos proyectaba secuencialmente las siluetas ampliadas sobre una pantalla traslúcida. Al otro lado de la pantalla un operario perfilaba cada contorno con un pantógrafo -un dispositivo mecánico usado para copiar imágenes con un brazo articulado al que se acoplada una máquina de corte-. Frente al operario se colocaba un bloque cilíndrico de arcilla o madera sobre un soporte giratorio. El pantógrafo transfería y recortaba con el mismo movimiento, uno por uno, los contornos sobre el bloque dejando la arcilla desbastada según las veinticuatro siluetas, convirtiéndose en una tosca escultura. Esta era reelaborada alisando el bloque, suavizando los pequeños intervalos entre los contornos y las asperezas de los recortes. El retrato podía estar terminado entre dos y cuatro días; la contrapartida era su elevado coste: entre 270 y 500 francos, lo que finalmente lo hizo inviable. El 9 de abril de 1863 esta técnica se patentó en Madrid donde se transcribió su nombre como "Willeine". El fotógrafo de la reina Isabel II, Jean Laurent, trajo a Madrid al inventor de la fotoescultura, para realizar una serie de perfiles en diversos tamaños, bustos y figuras de cuerpo entero de diversos miembros de la familia real española. Para ello, se construyó en el Palacio Real un estudio fotográfico como el diseñado por Willème en París, aunque más pequeño. Los negativos obtenidos de estas tomas fotográficas se enviaban a Marnyhac en París, donde se llevaba a cabo la realización de las esculturas. Se conserva la toma de una de las fotos del rey consorte Francisco de Asís posando para su fotoescultura de cuerpo entero sobre una plataforma de madera, dividida radialmente con líneas que se correspondían con cada objetivo fotográfico. Por la realización de estos trabajos a Willème se le concedió la Orden de Carlos III. |
Patrimonio Nacional conserva la colección de fotoescultura más importante y numerosa del mundo, 34 piezas -39 si se cuentan individualmente las figuras del grupo de la Familia Real-. Representan, en su mayor parte, a miembros de la familia de la reina Isabel II. A ellas se suman otros personajes de la época como el duque de Morny, el marqués de Osmond o un busto de personaje desconocido. El Archivo General de Palacio conserva varios documentos, fechados entre 1866 y 1867, en relación con los pagos de estas fotoesculturas. La llegada de Willème a Madrid atrajo, lógicamente, la atención de la aristocracia española, que también quiso disponer de este tipo de obras. Actualmente se localizan diversos ejemplos en otras colecciones privadas españolas, y en instituciones públicas como el Museo Cerralbo. El grupo de la familia real española es el más grande e importante de la producción de la fotoescultura, recreando el estrado del Palacio Real de Madrid con los cuatro leones, símbolos de exaltación del poder regio. La reina Isabel II preside junto al príncipe de Asturias, el futuro rey Alfonso XII, acompañada del rey consorte Francisco de Asís y de tres de sus hijas, las infantas Isabel, Pilar y Eulalia. Este conjunto se realizó mediante un proceso electroquímico, utilizando plata sobre cobre con la técnica de la galvanoplastia por la que una fina capa superficial recubre la superficie del objeto con el material noble elegido, con un nivel de calidad excepcional a menor coste. Además, la empresa francesa de platería Christofle colaboró excepcionalmente en tres bustos de Isabel II, Francisco de Asís y el futuro Alfonso XII realizados en galvanoplastia de cobre patinada. Una de las singularidades más destacas de la fotoescultura es su capacidad para reflejar la realidad y los más mínimos detalles tanto de rostros como de la indumentaria y adornos de los retratados. Una cualidad que ha permitido reconocer e identificar joyas, medallas y condecoraciones que porta la reina Isabel II. Hoy se ha presentado en la Galería de las Colecciones Reales Fotoescultura: el 3D del siglo XIX. En la muestra, que podrá verse hasta el 18 de enero de 2026, se expone, por primera vez, una selección de 19 fotoesculturas pertenecientes a la colección que conserva Patrimonio Nacional, la más extensa del mundo, con un total de 39 piezas realizadas por François Willème, inventor de esta técnica. Representan a los miembros de la familia de la reina Isabel II, y a otras personalidades de la época, y están realizadas en diversos materiales, formatos y tamaños. La muestra se enmarca en la línea Colecciones Reveladas del programa de exposiciones temporales de la Galería, un formato en el que se presentan, dentro de la exposición permanente, conjuntos de colecciones inéditas, o poco conocidas, que aportan nuevos enfoques a las obras ya expuestas. |
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