RESTAURACIÓN DEL IPCE PARA MADRID
19/09/2024
Estado final |
El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural del España (IPCE), ha concluido la restauración, con una inversión de 171.820 euros, del retablo mayor de la iglesia parroquial San Pedro ad Vincula ubicada en el barrio de Vallecas (Madrid), compuesto por el lienzo "La liberación de San Pedro", de Francisco Ricci, figura principal de la Escuela madrileña del Barroco, y la mazonería que lo enmarca. La intervención, dirigida por el IPCE, ha consistido en la recuperación de la estabilidad y la restauración del conjunto que decora el altar mayor, así como de un cuadro de menores dimensiones ubicado a la izquierda del presbiterio. La obra de Francisco Ricci "La liberación de San Pedro" es un cuadro de casi seis metros de alto por cuatro de ancho, finalizado en 1672, casi 300 años antes de que la entonces agraria villa de Vallecas pasara a formar parte de la capital. Ejecutado con la habitual maestría del artista, muestra el momento de la liberación del apóstol por un ángel tras ser hecho prisionero por Herodes Agripa. Según Cristina Salas, conservadora del IPCE, antes de la firma del contrato para la realización del cuadro en 1669, "esta obra tuvo bastante polémica porque se encargó a varios artistas que terminaron con un pleito entre ellos". Finalmente Ricci fue el señalado para acometerla junto a otros "lienzos de menor tamaño con escenas de la vida de San Pedro" que no se han conservado en tan buenas condiciones hasta nuestros días. La pintura formaba parte de un gran retablo barroco que fue destruido durante la Guerra Civil española. Como ha explicado Cristina Salas, su ubicación en Vallecas, "que era lugar de paso hacia Valencia, la situaba entre dos frentes", por tanto "sufrió muchísimos bombardeos y ataques e incendios a la iglesia donde estaba, que llegó a perder su retablo original". Los constantes peligros llevaron a que la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, un ente dependiente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes republicano, requisara y custodiara el cuadro y otras piezas de esta iglesia hasta el final de la contienda para evitarles mayores daños, inventariándolas y depositándolas en el Museo del Prado. "Hemos podido ver en el reverso del bastidor una etiqueta del organismo", ha señalado Salas. "Tras la guerra, se devolvieron las obras incautadas a esta iglesia", ha explicado Cristina Salas, añadiendo que "en ese momento se realizó una intervención en el lienzo para subsanar los daños producidos durante los traslados". Entre otras faenas, se acometió la reconstrucción del marco que lo circunda, que incluye "alguna pieza del retablo original" que se perdió, aunque "la mayoría es de construcción nueva". El cuadro presentaba un estado precario de conservación con acumulación de suciedad superficial, numerosas faltas tanto de preparación como de película pictórica, barnices alterados muy oscurecidos y repintes generalizados. Todas estas patologías impedían apreciar la gran calidad de la obra. Bárbara Hasbach, coordinadora del equipo que ha restaurado "La liberación de San Pedro", ha detallado que esta intervención comenzó a planearse en el año 2018 y se acometió efectivamente tras un arduo proceso de documentación en enero de este año para concluirla en julio. Durante los seis meses que ha durado la restauración se ha intervenido tanto en el cuadro como en la mazonería que lo enmarca con el objetivo de garantizar su estabilidad y conservación. Tras una primera fase de limpieza general de la suciedad superficial, se llevó a cabo la consolidación de los materiales que los conforman, mediante el sentado de color de la pintura y el oro. El bastidor que sostiene el lienzo se ha conservado, ya que se encuentra adaptado a la curvatura del muro en el que va situado, cuyo paramento no forma una superficie plana ya que cubre un antiguo elemento arquitectónico de la cabecera de la iglesia. Esta decisión tuvo como consecuencia que toda la intervención se realizara con la obra en vertical, apeando el cuadro y sujetándolo en el andamio, adaptado para poder acceder tanto por el anverso como por el reverso. La última fase de restauración consistió en la limpieza de los barnices y los repintes de la capa pictórica, seguida del estucado, la reintegración pictórica y el barnizado. La intervención ha corrido a cargo de un equipo de seis conservadores-restauradores con una gran experiencia en obras de gran formato, y siguiendo los criterios de mínima intervención, retratabilidad y empleo de productos estables y compatibles con los materiales originales. Esta actuación se suma a las ya realizadas por el Arzobispado de Madrid y la Comunidad de Madrid para garantizar la conservación de esta imponente iglesia del siglo XVII, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1995, y cuya traza está atribuida a Juan de Herrera. |
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