CARTOGRAFÍAS DE LO DESCONOCIDO

12/11/2017


 

 

El mundo cartográfico en la antigüedad es el eje central de la exposición Cartografías de lo desconocido. Mapas en la BNE, que puede contemplarse en la Biblioteca Nacional de España hasta el 28 de enero de 2018.

El escritor Robert Louis Stevenson dijo en cierta ocasión que había oído hablar de unos hombres extraños a quienes no les interesaban los mapas, pero que no creía en su existencia. Sin duda, los mapas son objetos fascinantes. Su magnetismo es universal. Su atractivo procede de la ilusión que generan, de su gran poder evocador: la soledad de una isla remota, el acceso a una región desconocida, la visión panorámica y omnisciente. Para un príncipe un mapa es un archivo de sus posesiones, para un naturalista un calendario de futuros hallazgos, para cualquiera la promesa de un viaje pendiente. Los mapas nos enseñan lo que desconocemos o nos ayudan a ver lo que creíamos saber. Son obras de arte e instrumentos científicos. Tienen algo de pintura, algo de fotografía y algo de geometría. Sirven para orientarse y a menudo para perderse.

La Biblioteca Nacional de España (BNE) custodia fondos de valor inestimable: grabados, mapas, incunables, atlas, manuscritos, cartas náuticas y cientos más. La muestra contiene más de 200 obras procedentes de la propia BNE y de otras instituciones españolas. Todas ellas dan forma y permiten imaginar cosas inapreciables o remotas. Están los mapamundi medievales o las cartas de los descubrimientos. Hay mapas que recogen lugares inexistentes y otros que reflejan fenómenos invisibles.

Cartografías de lo desconocido, comisariada por Sandra Sáenz-López Pérez y Juan Pimentel, persigue dos objetivos: hacer que el espectador se fije más en el mapa y menos en el territorio, pues sucede a menudo que el mapa -como cualquier buen truco de magia- suele esfumarse, tiende a borrar las convenciones visuales y espaciales sobre las que se apoya, y mostrarle con aparente trivialidad: "usted está aquí", "así es la Tierra", "este es su país"; en segundo lugar, se ofrece al público visitante un recorrido por algunos de los recursos y los temas más frecuentes en esta historia del conocimiento y el ilusionismo, cómo han gestionado los mapas la información improbable, las novedades, los hechos inciertos, las regiones ignotas, los fenómenos invisibles... Comenzando por los ideales de simetría y las formas del mundo y deteniéndose en la incorporación de la terra incognita y la representación de los lugares imaginarios.

Se dedica una sección a las imágenes e información sobre los habitantes del globo, las relaciones entre geografía, historia natural y etnografía. Y otra a lo que callan los mapas, pues todo mapa enfatiza algunas cosas, pero también silencia y esconde otras: ya se sabe que algunos mapas sirven para descubrir tesoros y otros para ocultarlos. Finalmente, se comprueba el éxito de los mapas, cómo su lenguaje ha colonizado otros terrenos y cómo se han alzado como los instrumentos por antonomasia para cartografiar lo desconocido.

 

 

 

En Cartografías de lo desconocido se incluyen mapas del tiempo o mapas de la historia, presentes desde los acontecimientos bíblicos reunidos en las Genealogías de Cristo, el "Fasciculus temporum" de Werner Rolewinck, el "De Aetatibus Mundi Imagines" de Francisco de Holanda, hasta llegar a los cronogramas de la humanidad, como la "Carta sincronológica de historia universal", de S.C. Adams. También atlas anatómicos, como "De humani corporis fabrica", de Andrea Vesalio.

Se entiende la idea de mapa como un dispositivo para exponer una serie de fenómenos alejados, inabarcables a un solo golpe de vista. Por extensión, el mapa se ha convertido en un mecanismo privilegiado de representación y visualización de hechos invisibles o difícilmente observables. Así, incluso se habla de la geografía de las emociones, la cartografía de las tendencias electorales y por descontado del mapa de los conocimientos.

Además de acercar los mapas históricos al gran público, y abordar un tema innovador dentro de los estudios especializados, Cartografías de lo desconocido pretende no solo poner en valor fondos cartográficos, sino hacerlo junto con otras obras que en sentido estricto no serían catalogadas como mapas: manuscritos iluminados, incunables, grabados, libros de viaje, tratados astronómicos, fotografías, pinturas, instrumentos científicos, etc. La razón subyace en la propia esencia de la cartografía histórica, y para su completa comprensión no puede escindirse de otras disciplinas científicas y humanísticas.

La exposición se nutre de fondos procedentes de la BNE, principalmente de Bellas Artes y Cartografía, así como de Manuscritos, Incunables y Raros y, si bien la mayor parte de las piezas son obras conservadas en la BNE, para dar mayor coherencia a la muestra y contextualizar sus fondos en la medida de lo posible, se contará con obras procedentes de otras instituciones, como el Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército, Archivo General de Indias, Fundación Casa de Alba, Museo de América, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Palacio Real, Real Academia de la Historia, Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial y Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid.

Por último, a través de Cartografías de lo desconocido se hace uso de los trabajos de digitalización llevados en el campo de las colecciones cartográficas para permitir que el espectador que contempla el mapa de un atlas pueda pasar las páginas del mismo o hacer zoom en un detalle, gracias al repositorio de la BDH. Así pues, en la información de las obras se incorporan códigos QR que enlazan con el recurso online a través de los smartphones o tablets de los espectadores, combinando el formato expositivo tradicional con el moderno.

 

 

Dirección y horarios: Sala Recoletos del Museo de la BNE (Paseo de Recoletos 20-22, Madrid)
Martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y días festivos, de 10:00 a 14:00 horas; lunes, cerrado.

 

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