IMPORTANTE HALLAZGO DURANTE LA RESTAURACIÓN DE LA CATEDRAL VIEJA DE LLEIDA

10/08/2020


 

 

Las obras de restauración de la Catedral Vieja de Lérida (Seu Vella de Lleida) han dejado al descubierto unas trazas en las piedras del tejado que sirvieron de guía a arquitectos y canteros para la construcción en el siglo XIII de la decoración de los ventanales del claustro románico del monumento.

El hallazgo, que ha sido calificado de muy importante por arqueólogos e historiadores, al ser de las trazas más antiguas de Europa, fue descubierto al restituir una parte de la plataforma del tejado del claustro.

Las trazas, en las que se puede apreciar el diseño que después se plasmaría en la construcción de los ventanales del claustro, con los dibujos de los pétalos y el punto de anclaje del compás para dar forma, son casi únicas y equiparables a las de las catedrales de York y de Narbona.

El descubrimiento de estas trazas hace que el Ayuntamiento de Lleida ya se encuentre trabajando con el objetivo de poder consolidar este hallazgo, por lo cual se buscará una nueva financiación que permita excavar una nueva zona del tejado, según ha explicado el alcalde Toni Postius.

 

 

Los trabajos de restauración de la Seu Vella se están centrando ahora en la Puerta de los Apóstoles, con el fin de parar los procesos de degradación, intervenir en el remate de la fachada y mejorar la cubierta, así como en los pisos interiores y el templete del campanario.

Dichas obras de restauración incluyen el saneamiento de las cubiertas del claustro, con el fin de mejorar su impermeabilización, así como la evacuación correcta de las aguas y el alivio de cargas en los nervios de las vueltas. En esta última actuación es donde ha aparecido el mencionado descubrimiento.

Aunque construida sobre las bases cruciformes del románico, la Seu Vella es un ejemplo arquitectónico de la transición al gótico desde fecha temprana. De hecho, como aprecia Ballesteros Arranz, varios de sus elementos constituyen una de las primeras muestras de arquitectura gótica sobre planta románica.

Tras estar cerca de cinco siglos abierta al culto, en 1707 la Guerra de Sucesión conllevó que fuese convertida en cuartel militar debido a su estratégico emplazamiento sobre la colina o turó que lleva su nombre. Ello dio pie a la construcción en 1761 de la Catedral Nueva, barroca en sus inicios y concluida en estilo neoclásico en 1790.

 

 

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