UNA JOYA MOZÁRABE EN PELIGRO

Elena R. Costilla para www.elnortedecastilla.es (11/12/2006)


 

 

San Miguel de Escalada, una de las mejores obras del arte mozárabe de la provincia de León y uno de los ejemplos más notables de este arte de la Cuenca del río Duero, pasa por momentos difíciles. El pasado miércoles, ante varias personas que admiraban su belleza interior, el suelo del ábside sur del monasterio se hundió y, con él, la mesa de piedra que sustentaba. "Hizo mucho ruido, fue como si alguien se hubiese tropezado y se hubiera caído", comentó una de las personas que estaba presente en el momento.

La inscripción Hoc In Altare Sunt Reliquia, Sancti Emiliani Prbri, Sancti Bartolemei Apsli, Sancti Stefani Levite, Sancti Martini Espiscopi (En este altar hay reliquias de San Millán Presbítero, San Bartolomé Apóstol y de San Esteban Diácono) que rodea la mesa de piedra original del monasterio tocó suelo -milagrosamente, sin romperse- con el hundimiento del ábside sur. Sin embargo, los problemas de esta joya arquitectónica no acaban con el hundimiento sufrido esta semana, ya que, según pueden observar los visitantes de San Miguel de Escalada, la humedad no se reduce al ábside hundido sino que los tres ábsides -el central y los laterales- muestran visibles marcas de filtración de agua en sus paredes. Este alto grado de humedad acumulado en los muros comenzó tras la construcción de un muro perimetral en la parte norte que impide la salida del agua. Y es que, por debajo del templo se cree que discurren un total de cinco corrientes de agua que hacen que parte del suelo sobre el que se asienta el monasterio esté hueco por debajo.

En una situación crítica se encuentra también la ventana, con dos arcos de herradura típicos del monasterio, ubicada en el atrio del mismo y que muestra grietas de tamaño importante. Las peticiones de más atención para San Miguel de Escalada no son recientes, así, un vecino recuerda que, durante toda la vida se ha pedido que se haga una instalación de luz eléctrica en el interior y el exterior, "y seguimos sin luz, es una vergüenza", exclamó una voz en representación de la demanda popular.

Otra crítica que recibe el monasterio por parte de los visitantes es la cantidad de días a la semana que está cerrado al público. Un cartel anuncia que no se podrá visitar el templo ni el lunes, ni el martes ni parte del domingo. "Dos días y medio cerrado es increíble teniendo en cuenta su importancia y valor", destacó una vecina. En el exterior, la lluvia moja unas excavaciones de restos romanos que, durante dos años, han sufrido, y sufren, la dureza del clima leonés. Técnicos de la Junta de Castilla y León retirarán el lunes la mesa caída e inspeccionarán el monumento para decidir cómo se debe actuar.

San Miguel de Escalada es una visita casi obligatoria para todos aquellos turistas que recorran la provincia de León; situado a poca distancia de la localidad del mismo nombre, sorprende la belleza de este monumento tras una pronunciada subida en curva. De su arquitectura se dice que resume de forma ejemplar la organización y concepción de un espacio basilical cristiano con una estética y decoración propia -sobre todo en sus arcos y capiteles- de las tierras del sur, del Al-Ándalus y su emirato cordobés.

Una descripción formal del monumento destacaría su planta basilical con tres naves diáfanas, las laterales más estrechas y bajas que la central, separadas por columnas que soportan arcos de herradura más cerrados que los visigodos; el crucero se abre mediante iconostasis y la cabecera tiene tres ábsides de planta ultrasemicircular al interior -el ubicado al sur es el que ha sufrido el hundimiento- y cuadrada al exterior. Está cubierta en su totalidad en madera excepto los ábsides que están cubiertos con bóvedas gallonada. 

San Miguel de Escalada fue declarado Monumento Nacional en 1886. En su interior se encuentra sepultado el confesor del monarca Felipe II, Fray Antonio Vélez Ladrón de Guevara, fallecido en 1597 y que fue capellán del templo durante veintisiete años. En el lugar en el que hoy se erige el actual monasterio, se habría levantado en el siglo VII un pequeño templo dedicado a San Miguel, este edificio permaneció arruinado hasta la llegada del abad Alfonso procedente de Córdoba, quien lo restauraría en tiempos de Alfonso III (866-910). Finalmente, la iglesia que hoy contemplamos se habría levantado al final del reinado del primer rey astur que fija su residencia en la ciudad de León. En el año 913, San Miguel de Escalada fue consagrada por el obispo de Astorga.

 

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