SOROLLA Y TIZIANO EN EL PALACIO REAL DE MILÁN

07/02/2022


 

 

Por primera vez en Italia, del 25 de febrero al 26 de junio en el Palacio Real de Milán, una exposición monográfica recorrerá la rica y exitosa producción artística del pintor valenciano Sorolla, poco conocido por el público italiano, pese a ser uno de los máximos representantes de la pintura ibérica moderna de finales del siglo XIX y XX, contribuyendo significativamente a su renovación y abriéndola al ambiente de la Belle Époque.

Casi 100 años después de su muerte, Joaquín Sorolla (1863-1923) sigue siendo uno de los artistas más queridos y apreciados de su época, tanto por su gran calidad técnica, como por su carácter humilde y benévolo. Su fama pronto traspasó las fronteras de España gracias a su participación en importantes eventos internacionales, donde obtuvo prestigiosos premios; especialmente, su Grand Prix en la célebre Exposición Universal de París de 1900, será lo que lanzará definitivamente su pintura de luz y color al panorama internacional. Ocho años después, en Londres, Sorolla fue aclamado como el pintor vivo más grande del mundo.

Su extraordinaria historia de éxitos internacionales se cruza a menudo con Italia, empezando por una primera estancia en Roma conseguida gracias a una beca en 1885. Sorolla visitó Italia durante mucho tiempo a partir de entonces, instalándose incluso una temporada en Asís. Asimismo, participó asiduamente en la Bienal de Venecia desde su primera edición en 1895, y en la famosa Exposición Internacional de Roma en 1911.

La exposición del Palacio Real de Milán se presenta, por tanto, como una excelente oportunidad para reunir las conexiones entre el gran maestro de la luz e Italia, país al que siempre estuvo ligado, así como una oportunidad para dar a conocer al gran público su extraordinario arte a través de algunas de las obras maestras más significativas de su vasta producción pictórica.

 

 

Joaquín Sorolla. Pintor de la luz (Joaquín Sorolla. Pittore di Luce) cuenta, a través de unas 60 obras, la extraordinaria evolución artística de este pintor ambicioso y decidido, que hizo del arte su razón de vivir. Junto a su profundo amor por la pintura, Sorolla siempre mantuvo un vínculo aún más intenso con su familia, su tema predilecto. En muchos de sus espléndidos lienzos, Sorolla habla del amor por Clotilde, esposa, musa y verdadera compañera de vida, así como por sus tres hijos, María, Joaquín y Elena. Un vínculo que nutre su inspiración y guía la búsqueda de la "verdad" de la imagen a plasmar en el lienzo, que sólo puede generarse mediante una participación real y una emoción intensa. La de Sorolla es una intensa y magnífica experiencia artística, hecha de alegrías y sufrimientos, satisfacciones e investigaciones, en la que el estudio de la luz, con rigor del natural y al aire libre, incluso para los temas más exigentes y de gran formato, representa el eje principal de su camino de renovación pictórica hacia un lenguaje refinado, espontáneo e inmediato.

En el marco noble de las salas de la primera planta del Palacio Real de Milán, la muestra recorre toda la carrera de Sorolla, desde sus inicios en la década de 1880 en su Valencia natal hasta su muerte en 1923 a causa de una hemorragia cerebral que, tres años antes, lo había alejado definitivamente de la pintura.

Al dividir los espléndidos ejemplos de su investigación artística en secciones temáticas -la mirada sobre la realidad, los retratos, los jardines y los reflejos de luz, el mar, los tipos y los estudios clásicos-, Joaquín Sorolla. Pintor de la luz nos ofrece un retrato exhaustivo, humano y artístico del pintor.

El proyecto, que puede visitarse entre las 10:00 y las 19:30 horas (martes a domingo) cuenta con la colaboración de prestigiosas instituciones museísticas, públicas y privadas, como el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Hispanic Society de Nueva York, la Galería Internacional de Arte Moderno de Ca' Pesaro de Venecia, los Museos Cívicos de Udine, etcétera. Finalmente, la exposición cuenta con el patrocinio de la Embajada de España en Italia, del Consulado General de España en Milán y del Patronato de Turismo de España.

 

 

Por otro lado, el Palacio Real abre también 2022 con otra gran exposición dedicada a la imagen de la mujer en el siglo XVI a través de la pintura del gran maestro Tiziano y célebres contemporáneos suyos como Giorgione, Lotto, Palma il Vecchio, Veronese y Tintoretto. La muestra, titulada en este caso, Tiziano y la imagen de la mujer en el siglo XVI veneciano (Tiziano e l'immagine della donna nel Cinquecento Veneziano), podrá visitarse desde mañana miércoles, 23 de febrero, hasta el próximo 5 de junio.

Serán cerca de 100 las obras expuestas, incluidas 47 pinturas, 16 de Tiziano, muchas de ellas cedidas por el Kunsthistorisches Museum de Viena, a las que se suman esculturas, objetos de artes aplicadas como joyas, libros y gráficos. Una exposición que reflexiona sobre el papel dominante de la mujer en la pintura veneciana del siglo XVI, sin parangón en la historia de la República ni en otras áreas de la cultura europea de la época.

La exposición aborda un tema eternamente válido pero también completamente nuevo en ocho secciones, presentando la imagen femenina a través de un amplio espectro de temas, y al mismo tiempo, comparando los enfoques artísticos individuales entre Tiziano y los otros pintores de la época.

Partiendo de la representación realista de mujeres pertenecientes a diferentes clases sociales, la muestra aborda las llamadas "bellezas venecianas", altamente idealizadas, entre las que se encuentran heroínas, santas famosas, divinidades míticas y alegorías. También se incluyen en la exposición los retratos y escritos de poetas célebres que cantaron al amor y equipararon la búsqueda de la belleza con la exaltación de la mujer y la belleza femenina, así como retratos de mujeres escritoras, nobles, ciudadanas e incluso cortesanas.

 

 

Gracia, dulzura, poder de seducción y elegancia innata son los componentes fundamentales de las imágenes femeninas de la escuela veneciana, de la que Tiziano fue protagonista indiscutible. Gracias a Tiziano el escenario artístico de la época cambió por completo. Para Tiziano, la belleza artística corresponde a la femenina: menos interesada en el canon de belleza exterior que en la personalidad y la feminidad de la mujer como tal, siempre sin menospreciar su dignidad, independientemente del contexto, la narración o la representación.

Las "bellezas venecianas" son mujeres reales o ficticias, retratadas de medio cuerpo y, como hemos dicho, fuertemente idealizadas. Gracias al profundo estudio de textos fundamentales como "L'arte de' cenni" de Giovanni Bonifacio (1616), una especie de enciclopedia de gestos, estas mujeres ya no son consideradas cortesanas sino esposas, con vestidos a menudo escotados, mostrando los pechos no como símbolo de falta de escrúpulos sexuales, sino por el contrario, significa la apertura del corazón, una actitud de sinceridad y verdad, un acto consensuado de la mujer hacia el consorte masculino para sellar el compromiso de la boda.

Estas obras sustituyen a los retratos de mujeres patricias o burguesas, rechazadas por un sistema de gobierno oligárquico que detestaba el culto a la personalidad individual. Cuando Tiziano retrata a mujeres reales, son figuras no venecianas, como Isabella d'Este, marquesa de Mantua, o su hija Eleonora Gonzaga, duquesa de Urbino. Las cortesanas también solían ser cultas y algunas de ellas se hicieron famosas por sus escritos, como Verónica Franco, quien incluso agradece a Tintoretto en una carta haberla retratado. Sin embargo, hasta la fecha, existen muy pocos retratos identificables con cortesanas individuales en pinturas al óleo.

En todas sus mujeres pintadas, Tiziano plasma las variadas y numerosas cualidades de las mismas. A los ojos del espectador, todas aparecen como personalidades muy fuertes, como divinidades, lo sean o no. Junto a las mencionadas anteriormente, no hay que olvidar las heroínas como Lucrecia, Judit o Susana, símbolos de honor, castidad, coraje y sacrificio, o Santa María Magdalena en su fase espiritual de penitencia, y finalmente las figuras mitológicas como Venus, que nace del mar como Venecia y personifica la ciudad.

 

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