BAYEU VUELVE A JACA

11/05/2025


 

 

Para celebrar el 15 aniversario de la reapertura del Museo Diocesano de Jaca (MDJ), dicha institución, con la colaboración de Fundación Ibercaja y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, organiza la exposición Bayeu vuelve a Jaca, con la que, hasta el próximo 20 de julio, se vuelve la mirada hacia uno de los momentos más significativos de la historia de la catedral jacetana, dedicada al apóstol San Pedro: la decoración de su nuevo ábside en el siglo XVIII, de la mano del pintor fray Manuel Bayeu.

Con esta exposición, no solo se recupera la figura de Bayeu, sino que se devuelve al lugar para el que fueron concebidas algunas de sus obras más emblemáticas. En este magnífico marco observamos, dos siglos después, todos los bocetos que realizó para la seo jacetana fray Manuel Bayeu, el cartujo que pintó el cielo de Jaca.

En el terreno artístico, Manuel Bayeu (Zaragoza, 1740-1809) viviría siempre a la sombra de sus hermanos Ramón y Francisco, quien llegó a ser pintor de la corte de Carlos III. Fray Manuel decidió dedicar su vida a la religión e ingresó en el monasterio cartujo de Aula Dei (Zaragoza) y finalmente en el de Nuestra Señora de las Fuentes (Huesca), donde realizaría varios murales años antes de elaborar los frescos de Jaca. Por parte de su hermana Josefa fue cuñado de Goya, quien pudo enviarle varios bocetos de sus pinturas para que se inspirara, al igual que hizo su hermano Francisco.

Fray Manuel Bayeu decoró en Jaca tres lienzos del altar, la cúpula y las pechinas, siguiendo los modelos que ya había utilizado en Nuestra Señora de las Fuentes y que volvería a utilizar años más tarde en la Cartuja de Valldemosa (Mallorca). Estas pinturas, realizadas entre 1791 y 1792, muestran escenas del Nuevo Testamento dedicadas a exaltar la figura de San Pedro, titular de la catedral. El boceto correspondiente al muro sur representa la Pesca Milagrosa, momento en el que Jesús llama a los primeros discípulos para que le sigan, indicándoles que a partir de entonces serán pescadores de hombres, y el del muro norte la Aparición de Cristo en el Lago Tiberíades. En las pinturas definitivas del altar mayor estas escenas se completan con ángeles portando los atributos de Santa Orosia (palma, cetro, corona y alfanje) y San Pedro (cruz de triple travesaño, llaves y tiara papal). Respecto a los bocetos de las pechinas, se representan alegorías de la Penitencia, la Fe, la Perseverancia y la Caridad, como mujeres flotando entre nubes portando diferentes atributos.

Todos estos bocetos se pueden contemplar en el MDJ, a excepción del correspondiente a la cúpula que se encuentra en la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y del cual el MDJ expone una fotografía sobre lienzo, aunque ahora con esta muestra sus salas exhiben el original. 

 

 

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