NUEVA OBRA DE ORFEBRERÍA RAMOS PARA HUELVA

09/09/2025


 

 
 

 

La Iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza ha acogido hoy la presentación de los dos nuevos candelabros de cola para el paso de palio de la dolorosa titular del templo y de la popular hermandad de penitencia onubense. El diseño y ejecución en plata de ley de las piezas han corrido a cargo de los responsables del obrador sevillano Orfebrería Ramos: José Manuel Ramos Espinosa, Pedro Ramos Espinosa y Jaime Ramos Espinosa. Se estrenarán en la Procesión Jubilar Mariana del próximo 20 de septiembre.

Esta pareja de candelabros, de catorce luces cada uno y una altura aproximada de 160 cm, son de estilo neobarroco con clara inspiración vegetal. A partir de un basamento a modo de consola, arranca una espiral cuyo principal extremo sirve de peana a una escultura en cada candelabro. En el candelabro izquierdo aparece la Fe y en el derecho la Caridad, completando el juego de Virtudes Teologales en unión con la Esperanza, advocación de la dolorosa.

La consola que soporta el basamento presenta cuatro caras, la principal de ellas rematada en el extremo de las volutas por tacones donde asientan unos violeteros. Dichos violeteros, a juego con las jarras del palio, presentan panza gallonada y asas adosadas al cuello. Del centro de una roseta de acanto sobre la consola del basamento surge una pieza cuadrada a modo de asidera de la espiral principal del candelabro. Hacia adelante surge el ramal principal de donde va surgiendo todo el conglomerado de ramales y brazos posteriormente rematados en guardabrisas, excepto un brazo que surge del brazo que soporta las esculturas. Jugueteando entre los acantos y las piezas de la espiral principal, aparecen "puttis" aumentando el dinamismo del conjunto.

 

 
 

 

En ramales y brazos la estructura y decoración queda compuesta por cuernos de la abundancia, acantos y floretes que se van alternando direccionalmente hacia el final del brazo en cuyo remate una voluta con un acanto a la contra los recoge. Del acanto que surge de dicha voluta penden zarcillos de roseta de acantos y granadas colgantes. La granada es una fruta que en el cristianismo simboliza la fecundidad.

Entre los varios acantos que enriquecen los brazos, y surgiendo de anillos con roseta, aparecen "ces" rematadas en volutas, adornadas en su interior por rocallas de lambrequín y rocallas de concha. Estos elementos, de aire rococó e inspiración marinera, muestran la relación de la Hermandad de la Esperanza con el ámbito marinero.

Asentadas sobre las volutas principales que rematan los brazos aparecen unas rosetas de las que surge un zarcillo de acanto a modo de capitel amparando una bolleja de cuello y bordón dorada. Dicha bolleja aparece cubierta en su parte superior por una roseta de acanto de cuyo arete central surge la tacilla del guardabrisa. Dicha tacilla, a cuatro partes, presenta una lengüeta moldurada con decoración de acantos y óvalos en el interior y crestería con perilla en su arco superior, y entre las lengüetas, un perchete de "ces" con hojarascas alrededor de un diamante plano.

 

 
 

 

Toda esta decoración se muestra finamente calada, permitiendo el paso de la luz. La boca del guardabrisas aparece embellecida por una fina coronilla de bordón del que cuelgan "eses" decoradas con acantos que surgen de la vuelta de una concha, símbolo de la maternidad.

Ambas piezas son de gran barroquismo, valentía y dinamismo formal. Pretendiendo ser innovadoras, no apartan la vista de modelos antiguos de candelabros a modo de árboles de luces, y su arranque a partir de una consola le aporta distinción palaciega. Viene a completar el conjunto del paso de palio, mostrando elementos similares a los que se hallan en las distintas piezas que lo componen: los nudetes dorados dentro de rosetas de los varales, la elegancia estructural de la candelería, y el barroquismo y exuberante ornamentación de las jarras.

El atrevimiento y valentía estructural de los candelabros obliga a buscar un apoyo en la cola para evitar tensiones que pudieran ocasionar accidentes, y el último brazo de cola, vuelto hacia abajo, contrario a la práctica común, permite iluminar mayor superficie del manto, sobre todo en zonas inferiores del mismo. Se busca también con ello estilizar la figura del candelabro sin aumentar su altura, y de este modo, no ahogar al conjunto. Se busca igualmente rematar el conjunto artístico del paso de palio, realizando una pieza completamente integrada en el mismo, y ensalzar dicho conjunto, tanto ornamental como conceptualmente, sin perder un ápice de su personal estilo.

 

 
 

 

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