RESTAURACIÓN DE ROCÍO CALVO LÁZARO PARA TRIGUEROS (HUELVA)

Con información y fotografías de la restauradora (05/10/2021)


 

 
 
 
 
Comparativas. Estado inicial y final

 

San Antonio Abad, patrón de la localidad onubense de Trigueros, ha sido tradicionalmente atribuido al escultor Alonso Berruguete; sin embargo, tras haber sido analizado por la restauradora Rocío Calvo Lázaro a raíz de la presente intervención, lo ha atribuido al flamenco Roque Balduque, activo en el antiguo Reino de Sevilla en el primer tercio del siglo XVI y con numerosas obras relacionadas con su taller en la actual provincia de Huelva, caso del Crucificado de las Ánimas que se venera también en la parroquial triguereña de San Antón.

San Antonio Abad es una escultura de talla completa en madera policromada y estofada. Data del siglo XVI. Su restauración se dividió en varias fases, siendo la primera de ellas el asentamiento y la consolidación de la policromía. Se asentó en prácticamente el 90% de su totalidad.

A continuación se procedió a la desinsectación, ya que la imagen presentaba multitud de ataques de insectos xilófagos. La madera, tras el ataque de los xilófagos, se encontraba muy debilitada, por lo que se procedió a su consolidación mediante la inyección de consolidante, para fortalecerla y darle mayor consistencia. Los agujeros producidos por los insectos xilófagos se cerraron mediante la inyección de resina. Asimismo, se procedió a la retirada de los depósitos de cera mediante el empleo de luz infrarroja, bisturí y disolventes.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Comparativas. Estado inicial y final

 

Posteriormente, se llevó a cabo la limpieza; primero una limpieza mecánica mediante el uso de una brocha limpia y seca para retirar el polvo superficial, y posteriormente una limpieza mediante método químico. Del mismo modo, la limpieza consistió en la eliminación de la repolicromía sintética dada en las manos, en los pies y en el animal (un cerdo, atributo típico del santo que figura a sus pies), así como en la eliminación de barnices oxidados, especialmente visibles en el rostro de San Antonio Abad. También se retiraron en esta fase los múltiples repintes que la imagen presentaba en los estofados.

Tras la realización de una serie de radiografías a la imagen, se estudió y analizó la ubicación de los clavos internos y la posibilidad de extraerlos o no. Finalmente, fueron extraídos un total de seis clavos de diversos tamaños. Del mismo modo se eliminaron de la cabeza de San Antonio Abad hasta once clavos de forja, que asomaban, especialmente, en la trasera de la talla.

Las grietas que presentaba la escultura, además de los agujeros producidos para la extracción de los clavos, se taparon con pasta de madera. Dichas grietas fueron estucadas, así como algunas pequeñas fisuras y las zonas donde se había perdido la preparación original. Se reintegraron las zonas estucadas, y una vez seca la reintegración, se barnizó la imagen. Seco el barniz, se procedió a la entonación de los colores.

 

 
 
 
 
Comparativas. Estado inicial y final

 

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