RECUPERACIÓN DE UN EDIFICIO HISTÓRICO DEL SIGLO XVI EN TRIGUEROS (HUELVA)

02/12/2020


 

 

La empresa onubense Gestia. Gestión Integral de Arquitectura S.L. ha adelantado imágenes de las obras de restauración y rehabilitación que viene realizando, junto con Arcobeltia Construcciones, en el antiguo colegio jesuita de Santa Catalina de Trigueros (Huelva), un edificio histórico del siglo XVI que se encontraba en un deplorable estado de abandono. Estos primeros trabajos están centrados, principalmente, en la consolidación preventiva y puesta en valor de este inmueble que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La restauración de Santa Catalina, que constará de dos fases importantes, abarca también la eliminación de elementos añadidos posteriormente a la estructura primitiva del BIC y una intervención arqueológica en la que se pretende conseguir información que pueda arrojar luz sobre lo que hasta ahora se conoce del monumento.

Todo ello tendrá en cuenta el propio valor histórico de la iglesia del antiguo colegio de la orden de los jesuitas en Trigueros, donde se encuentran restos de pinturas murales, elementos arquitectónicos de gran interés patrimonial y la cripta, donde se realizan tareas específicas.

La restauración incluye la del claustro aledaño a la iglesia con la finalidad de servir como espacio cultural, de forma que se consolide el resto del conjunto histórico, devolviéndolo a sus orígenes, y se habilite el espacio interior de la iglesia para su puesta en funcionamiento.

Estas obras son el fruto de un proceso de largos años de trabajo y gestión en los que el Ayuntamiento de Trigueros ha venido colaborando tanto con la Junta de Andalucía como con el Gobierno Central hasta conseguir su objetivo, recuperar para Trigueros este importante edificio histórico.

Según los responsables de Gestia, si hay algo realmente delicado desde el punto de vista arquitectónico y de construcción, son las edificaciones cuyos pilares han traspasado varios siglos, si bien la empresa asume la responsabilidad que conlleva y afronta el reto con el mejor equipo de profesionales.

 

 

El Ayuntamiento afirma que las obras avanzan a buen ritmo a pesar de los meses en los que se ha debido respetar el anidamiento del cernícalo primilla, especie protegida y de alto valor ecológico que habita en Santa Catalina desde hace muchos años. De hecho, Cristóbal Romero, alcalde de Trigueros, afirmó recientemente que el edificio "va tomando otro cariz y el resultado, hasta ahora, es magnífico".

Por su parte, Antonio López Domínguez, arquitecto del proyecto de restauración, ha dado a conocer la aparición de un fragmento de la pintura original que decoraba la fachada principal de la iglesia, en la que parecen simularse sillares junto a una serie de cuartos de círculos en distinta posición, y de una inscripción en el friso de la portada principal. Ambos elementos también son objeto de análisis y restauración.

El antiguo colegio de Santa Catalina fue fundado por Francisco de Palma, jesuita y vecino de Trigueros, en 1562. Como fundador se comprometió a aportar cada año 90.000 maravedíes para el sustento y manutención de los 20 religiosos que formaron la nueva comunidad. Fue un importante centro religioso y educativo. Se trató se la primera comunidad jesuita onubense y la sexta de Andalucía.

Las obras de construcción pasaron por las manos de dos arquitectos diferentes y se extendieron durante un periodo de 33 años, concluyéndose el tempo en 1598. Algunos planos del colegio se encuentran en la Biblioteca Nacional francesa. Dentro del colegio se instaló la primera imprenta de toda la provincia y, si no la primera, una de las primeras escuelas de medicina de toda España.

El edificio sufrió dos fuertes envites, por un lado el terremoto de Lisboa de 1755, del cual no se repararon los daños, y por otro, las alteraciones políticas y las enemistades que tuvieron los jesuitas con otras órdenes religiosas y con monarquías europeas, lo que hizo que Carlos III, en 1767, mandara expulsarlos de todos los dominios españoles. En Trigueros, el 3 de abril de dicho año procedieron a cerrar sus dependencias. En 1816 regresaron por orden de Fernando VII, y diez años después, en 1826, se marcharon definitivamente.

Hoy en día y tras unas obras de adecuación en 1923, está completamente rodeado de propiedades particulares. Fue recuperado e incluido al patrimonio municipal de Trigueros en 2014. Actualmente se llevan a cabo estas obras de restauración bastante complejas cuya finalización hará que el pueblo de Trigueros y todas aquellas personas que lo visiten, puedan volver a gozar y disfrutar de tan importante monumento histórico. 

 

 

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