RESTAURACIÓN DE LA FUNDACIÓN NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA

18/10/2012


 

 

 

Ya ha concluido la restauración que el estudio de restauración del Arzobispado de Madrid, un taller que forma parte de la Fundación Nuestra Señora de la Almudena, ha realizado a Nuestra Señora de la Esperanza, venerada imagen onubense labrada en el año 1939 en el taller del artista sevillano Joaquín Gómez del Castillo. De este proyecto les informamos el 13 de diciembre del pasado año 2011 (ver enlace).

 

 

 

Los trabajos, llevados a cabo por Joaquín Cruz Poza e Isabel Poza Villacañas bajo la supervisión y dirección de Raimundo Cruz Solís, han consistido principalmente en la limpieza y fijación de la policromía de la Dolorosa, la cual presentaba leves desprendimientos en la zona de la nariz y los pómulos que han sido corregidos, así como en la eliminación de los repintes que ocultaban el tono original de las carnaciones, especialmente en la zonas de las mejillas, párpados y labios, cuyo primitivo color ha sido recuperado.

 

 

 

Dichas intervenciones (realizadas mediante bisturí, sin empleo de disolventes para dejar la huella del tiempo en la escultura) han permitido recuperar en todo su esplendor la policromía primitiva de la obra, de muy buena calidad en opinión de los restauradores, quienes solo han tenido que realizar leves reintegraciones en las partes dañadas de la nariz y los pómulos. También han limpiado y mantenido los elementos postizos que presenta la Dolorosa: pestañas de los párpados superiores y los ojos y las cinco lágrimas de cristal.

 

 

 

Otro aspecto importante de la restauración ha sido la ejecución de un nuevo candelero y nuevas articulaciones para los brazos, debido al precario estado de los anteriores, fruto en parte de una desafortunada intervención anterior. Dicha labor ha corrido a cargo del escultor e imaginero malagueño Juan Vega Ortega. Con el nuevo candelero, la Dolorosa casi ha recuperado su medida original (de 168 cm, pasa ahora a medir 178 cm de altura), armonizándose así las proporciones de la figura.

 

 

 

Por último, se han eliminado varios elementos metálicos, se han reparado grietas de pequeña importancia, provocadas por los movimientos naturales de la madera, y se ha sustituido el perno de sujeción de la corona por otro realizado en acero inoxidable. El material empleado (madera de pino) se encontraba en buen estado de conservación, de ahí que no haya sido necesaria su intervención; de hecho, no ha sufrido alteración alguna desde la fecha de ejecución de la Virgen de la Esperanza, hace ya setenta y tres años.

 

 
     
     
 

 

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