NUEVAS OBRAS DE JOSUÉ HERNÁNDEZ EN TENERIFE

27/12/2024


 

 

Como cada año, el mes de diciembre se revela como un momento idóneo para recopilar y divulgar el trabajo desarrollado por los artistas en activo. Muchas veces las obras que realizan pasan desapercibidas por la dispersión y su alcance irregular, que se atienen, además, a fines y resultados diversos. Por eso mismo, tras valorar los condicionantes o las limitaciones de cada encargo, a menudo advertimos en ellas una singularidad creativa que conviene valorar en su justa medida. Tras dichos a priori, aflora una intención que escapa a juicios estéticos e ideas preconcebidas.

La última producción de Josué Hernández (Tenerife, 1992) es reflejo de esa coyuntura, porque, como hemos señalado en otras ocasiones, se adapta con ductilidad al medio que la posibilita y responde fielmente al propósito que condiciona cualquier ejecución. En su pintura puede encontrarse lo antiguo de las temáticas (fondo) y lo nuevo del estilo contemporáneo (forma) bajo una simbiosis admirable, digna de elogio siempre. A ello se suma la necesidad de testimoniar acontecimientos propios, no repetidos con frecuencia, que merecen una consideración plástica por medio de carteles y obras conmemorativas. Veamos algunos ejemplos al respecto.

 

 

El privilegio sabatino. Cuadro de Ánimas

Óleo sobre tabla de gran formato (220 x 136 cm) para la Villa de La Orotava (Santa Cruz de Tenerife).

A pesar de la visión contemporánea que aporta, Hernández ha logrado conectar su obra con la tradición pictórica canaria, y en particular con la de los cuadros de Ánimas, del que es autor de varias representaciones en las islas. Para ello fusiona técnicas tradicionales con enfoques innovadores, siendo con ello capaz de reinterpretar el simbolismo de los cuadros de Ánimas y llevarlo a un lenguaje visual de nuestro tiempo, en todo actual.

La composición describe una espiral de Fibonacci o proporción áurea, buscando el equilibrio y armonía visual en las formas. Su cuadro permite guiar la mirada del espectador y ayudarle en la lectura de los elementos clave de la obra, como la aparición de la mitra y la corona en alusión a los estamentos civil y religioso, tan común en este tipo de representaciones.

La novedad de esta pieza radica en su título, pues ha fusionado un concepto más a la iconografía del Purgatorio: el privilegio sabatino. La devoción que La Orotava profesa a la Virgen del Carmen y la intencionalidad del comitente junto con su autor hicieron que la obra se convirtiera en un homenaje a la localidad. De esta manera, no sólo la figura de María evoca a la Virgen del Carmen que se venera en esta villa tinerfeña, sino que cada uno de los santos representa los templos del centro histórico de La Orotava (a excepción de aquellos que ostentan titularidad mariana), a saber, san Juan Bautista, san Agustín, santo Domingo, san Francisco, santa Catalina y san Isidro, incluyendo a san Lorenzo como antiguo titular del cenobio franciscano y a san Jerónimo como referencia al templo del barrio de La Perdoma.

 

 

Pintura conmemorativa

La visita de la imagen de san Isidro Labrador como patrono de la localidad de La Orotava al templo de San Juan Bautista y sus procesiones extraordinarias junto a la veneradísima imagen de Nuestra Señora del Carmen, alcaldesa mayor honoraria y perpetua de la Villa, dieron como resultado esta pequeña y sencilla pintura para testimoniar tal efeméride. Se trata de un óleo sobre tabla (40 x 30 cm) que representa la coronación de San Isidro por la Virgen y su divino Hijo.

 

 

Cristo de la Misericordia

Óleo sobre tabla de cedro (100 x 60 cm) destinado a una colección particular de La Orotava que representa, a imitación de los modelos de las antiguas "veras efigie" que tanto éxito tuvieron en Canarias en los siglos XVII y XVIII, la imagen del Cristo de la Misericordia que se venera en la parroquia de La Concepción de esta localidad. Una interesante pieza realizada por Rui Díaz de Argumedo en 1585.

La pintura reproduce un altar de cultos con la imagen del crucificado bajo dosel, con la cruz de madera con la que procesiona cada Jueves Santo y a sus pies, la predela de plata del conjunto de frontal sagrario y manifestador que la abadesa Agustina de San Francisco Estévez adquirió en 1776 para el presbiterio del desparecido Monasterio de San José de la Villa.

 

 

Virgen de Candelaria

En 1914 los vecinos del caserío de Arguayo (Tenerife) adquirieron las imágenes y objetos de culto, entre las que se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Candelaria, que se acabó convirtiendo en titular de la primitiva ermita y posterior parroquia, como promesa y gratitud por librar a la población de la erupción del volcán Chinyero (1909) y que el pasado mes de agosto la imagen peregrinó por Arguayo en conmemoración por dicha efeméride. Esta sencilla pintura, que representa al simulacro mariano de medio cuerpo sobre flores de almendro, tan características de la zona, ha querido testimoniar el recuerdo de estos actos tan emotivos.

 

 

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