Hablamos de una pareja de ángeles para el paso procesional de Nuestra Señora de los Desamparados, del barrio hispalense del Parque Alcosa. Miden 40 centímetros de altura, aproxidamente, y desfilaron ayer por primera vez, flanqueando a dicha imagen mariana -una Dolorosa de candelero para vestir del escultor e imaginero Ricardo Comas Facundo (1974)-, por las calles de la populosa zona, situada en la parte este de la ciudad.

Labrados en madera de cedro por Guadalupe de Guzmán para reemplazar a otros de su misma mano -sus primeras tallas en madera, tras las cuales se inició un aprendizaje de siete años junto a Juan Antonio Blanco Ramos- que datan del año 2002, los nuevos angelitos se encuentran policromados al óleo mediante veladuras.

Ambas figuras muestran rasgos muy diferentes -uno es caucásico y el otro de raza negra-, pero similares escorzos, muy pronunciados, así como agitados paños al simular estar adorando con las alas desplegadas a María, representada sola al pie del madero vacío. Para la autora se trata de un trabajo muy importante en su trayectoria, a la vez que especial por ser integrante de dicha corporación franciscana del Parque Alcosa.