RESTAURACIÓN DEL CRISTO QUEMADO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

09/04/2007


 

 

Hace más de seis meses que se incendió la talla del Cristo de San Paio, una pieza fechada en el siglo XVII que representa a Jesús Crucificado bajo la advocación de la Salud, en un acto vandálico del que todavía se desconocen quiénes fueron los responsables. Durante estos meses, tres especialistas han trabajado a destajo en la restauración de la obra para que pueda volver cuanto antes a su iglesia.

Las encargadas de la reparación del Cristo son Ángeles Fernández Santiago, Yolanda Gómez y Mar Medina. Las tres coinciden en que está siendo un trabajo complicado y que requiere mucho tiempo. "Da mucha pena verlo así; además, trabajas todos los días con él y te duele", explica Yolanda Gómez. Hasta hoy, el proceso de restauración ha sido lento. "La figura estaba fatal, ése fue el estado en el que la encontramos. Fuimos casi los primeros en verlo. Algunas de las partes estaban completamente carbonizadas", asegura Ángeles Fernández.

En un principio, el proceso consistió en realizar pruebas con diferentes productos y, sobre todo, consolidar la madera y la policromía. "Una de las consecuencias del calor del fuego fueron las grietas que se abrieron, pero ya hemos conseguido repararlas", explica Ángeles. La tarea principal de las restauradoras es la de quitar las diferentes capas quemadas hasta llegar a las que se han conservado y no sufren las secuelas del fuego. "Por ello estamos estudiando con los técnicos de Patrimonio cuál de las capas es la que va a ser la definitiva", asegura Ángeles Fernández. "El hecho de que tenga tantas es lo que la salvó", añade. "Se podría decir que la talla es de madera, pero no se puede asegurar". Aunque gran parte del cuerpo ha resultado dañada, las peores zonas para reparar son los brazos, las manos y la corona de espinas. Además, el paño de tela que lo cubría se perdió en un 90%. En este caso, lo que se tratará de hacer es reconstruir parte de la tela, para que se parezca lo más posible a como era.

Una de las partes más avanzadas de la reparación es el brazo izquierdo, que en un principo estaba completamente calcinado. Tras muchas horas en el taller donde se están realizando los trabajos, las restauradoras han logrado levantar varias capas para conseguir la policromía que más se acerca a lo que están buscando. De hecho, los técnicos de Patrimonio dieron ayer el visto bueno para que continúen los trabajos. A partir de ahora, repararán el resto de las partes dañadas para devolverlo a San Paio. Otra de las partes que peor secuelas tiene es la corona de espinas, que está calcinada en su totalidad. Está realizada con cuerda y con clavos de madera, que tampoco sobrevivieron a las llamas. Se intentará rescatar alguna de las zonas, pero es casi imposible.

El plazo establecido para la restauración es hasta mayo. Aunque todavía no saben si estará listo para esa fecha, las restauradoras son prudentes, ya que "preferimos ir trabajando poco a poco, aunque nos lleve más tiempo, para que realmente quede bien". Uno de los objetivos en la restauración es conservar el valor estético, "ya que es algo muy importante para los fieles que van a la iglesia. Además, hay que intentar conjugarlo con la gran importancia histórica que tiene, ya que es del siglo XVII", explica Ángeles Fernández.

El acto vandálico causó conmoción entre los compostelanos, pero sin duda las que peor lo pasaron fueron las monjas del Monasterio de San Paio, cenobio donde se conserva la imagen del Crucificado. A pesar de que no han podido acercarse al taller de restauración, llaman continuamente para interesarse sobre el proceso.

 

Fotografía de Antonio Hernández

 

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