Cuando hace unos días el estradense Fernando Brey Quintela caminaba por el lecho del río Sar, como pescador aficionado, encontró una pieza que le pareció importante. Se puso de inmediato en contacto con la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal), cuya integrante Ana Paula Castro Jiménez, experta en patrimonio cultural, arte y antigüedades, se desplazó al lugar para efectuar un análisis completo del hallazgo, tras lo cual dictaminó que se trataba de una talla de piedra de granito, de bulto redondo, labrada a excepción del dorso, que se presenta como una Virgen con el Niño y ángeles dispuesta sobre un trono.

Consultados también el profesor Juan Monterroso y el catedrático y académico Ramón Yzquierdo, ambos dictaminaron que se trata de una Virgen sedente con el niño, al que parece estar dando el pecho. Sin ninguna duda, se trata de una obra gótica cuya cronología puede situarse en la segunda mitad del XIV. La parte posterior no está labrada porque probablemente había estado arrimada, engastada o colgada de un muro.

La imagen, cuyo peso ronda los 150 kilos, no parece pertenecer a un misterio de la Epifanía, sino que se trata de una pieza exenta probablemente pensada para figurar colgada o destacada en lo alto de un muro, lo que explica la decoración vegetal que figura en su base. Posiblemente es un simulacro de la Virgen de la Leche que en fecha antigua -tal vez durante el Barroco- se convirtió en una piedra más, y de alguna manera fue desacralizada, por eso fueron suprimidos el rostro de María y la cabeza y el torso de Jesús.

La composición de la imagen, hallada en el cauce del río por Santiago de Compostela, en las proximidades del campo de fútbol de Conxo, muestra dos ángeles turiferarios en los hombros de María, flanqueando su cabeza. Unos ángeles que, a pesar de la erosión, parece que sujetan algún atributo o el propio manto de la Virgen. Lo anterior, junto a lo poco que se aprecia de los pliegues de los ropajes y la decoración inferior, con una flor central de cuatro pétalos entre otros ornamentos de tipo vegetal, recuerda, según la referida asociación, a la Virgen pétrea que aparece en la arquivolta del templo compostelano de Santa María Salomé.

Tal y como indica la Ley del Patrimonio Cultural, la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal) puso los hechos en conocimiento de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta de Galicia, a la que presentó también toda la documentación emitida por la experta Castro Jiménez para su custodia, catalogación, y ubicación y custodia, prevista en el Museo das Peregrinacións de Santiago. La pieza está siendo retirada del lecho del río Sar y será estudiada por técnicos de patrimonio con el fin de determinar su valor.