Nacimiento en terracota policromada al óleo realizado para el culto privado en Arjona (Jaén). Las dimensiones son 30 cm (Virgen María y San José, ambos arrodillados) y 15 cm (Niño Jesús recostado).

Formalmente, los jóvenes artistas andujareños han seguido los cánones neobarrocos imperantes en la imaginería actual, aunque intentando reformularlos según su propia visión artística.

Tanto en las formas como en los colores convergen postulados artísticos y soluciones plásticas de los dos focos de la escuela andaluza de imaginería en el siglo XVII: Granada y Sevilla; de hecho, hay reminiscencias sevillanas en las fisonomías y en los drapeados de San José y la Virgen María (imagen superior), y granadinas en la figura del Divino Infante. Con el cromatismo se ha pretendido algo similar: tonos lisos en los ropajes, más al estilo del barroco granadino, y encarnaduras de finos matices en tonalidades claras.

Iconográficamente los hermanos Juan Francisco y Santiago Expósito Cortés han buscado conferir a la escena cierto aire intimista y sosegado, propio de este misterio del Nacimiento de Cristo.

Por último, comentar que las expresiones de los rostros realzan sentimientos de ternura y candidez, los cuales se enfatizan con el lenguaje de las manos de las tres imágenes que representan la Sagrada Familia.