RESTAURACIÓN DEL CRBMC PARA BARCELONA

24/09/2022


 

 

La Mare de Déu de la Mercè, patrona de Barcelona, ha vuelto a su basílica para celebrar su festividad del 24 de septiembre. Ante más de 300 personas, el cardenal Omella ha subido hoy al camarín antes del oficio solemne para bendecir la talla gótica que acaba de ser sometida a un proceso de restauración, como les informamos el pasado 11 de octubre de 2021, por el Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña (CRBMC).

El Arzobispado de Barcelona ha restaurado la figura en el CRBMC con el apoyo de la Generalitat de Catalunya. Los barceloneses, que celebran hoy una de sus fiestas mayores, ya pueden visitar de nuevo esta magnífica obra del siglo XIV, tallada en madera policromada, que ha recuperado su silueta original tras nueve meses de restauración en los laboratorios que el CRBMC posee en la localidad de Valldoreix.

En octubre de 2021, esta figura de la patrona de Barcelona se trasladó al CRBMC para ser analizada e iniciar su proceso de conservación-restauración. La intervención dio comienzo con una exploración exhaustiva de la imagen. La talla gótica del siglo XIV se sometió a diferentes estudios efectuados por un equipo multidisciplinar formado por historiadores, químicos, restauradores, etcétera. El primer estudio consistió en reunir la documentación escrita hasta la actualidad sobre la imagen y el entorno que ha condicionado su estado de conservación actual, así como la recopilación de la información fotográfica observando los cambios sufridos y, también, la compilación de toda la documentación escrita sobre las intervenciones de restauración practicadas en la imagen. Por otra parte, se llevaron a cabo analíticas de la composición y morfología de su estrato pictórico para conocer más a fondo qué materiales la componían, su estructura y qué intervenciones había sufrido. Toda esta recopilación de información fue necesaria para poder iniciar el proceso de restauración.

En primer lugar, la imagen fue introducida en una cámara de anoxia para tratar el ataque activo de insectos xilófagos y la fijación de los levantamientos de la capa de policromía y dorada.

La exhaustiva limpieza permitió obtener un buen estado de conservación y buena calidad técnica de ejecución. Este proceso fue posible gracias al estudio tecnocientífico realizado anteriormente, que había proporcionado la información de la existencia de hasta tres capas de policromía por debajo de los numerosos retoques que se han realizado en época moderna, ejecutados con distintas técnicas pictóricas. Estos retoques se encontraban muy alterados y oscurecidos, por lo que el resultado ha permitido recuperar el color casi original.

 

 

También se retiró la base y todos los elementos metálicos que la sujetaban a la talla original. Son elementos extraños y modernos que han perdido su funcionalidad y no eran originales; además, inclinaban la imagen hacia delante, le daban inestabilidad a la estructura de construcción interna y le añadían un peso innecesario. Eliminando todos estos elementos se ha recuperado la silueta original de la talla de madera del siglo XIV.

La limpieza con la eliminación de los retoques en el rostro de la Mare de Déu de la Mercè puso al descubierto un golpe en la frente de la Virgen, que provocó una pérdida en el soporte y su relleno con masilla. La documentación fotográfica antigua ya mostraba ese impacto, que sufrió la figura durante la Guerra Civil. También han salido a la luz numerosos arañazos en la zona del cuello y el escote, provocados por las joyas, así como pequeños agujeros hechos por las agujas que sujetaban los vestidos de ropa que se le colocaban.

La escultura de la Mare de Déu de la Mercè es una talla de madera policromada y dorada, de época gótica (hacia 1361), cuya autoría se atribuye a Pere Moragues, escultor, arquitecto y orfebre barcelonés. Más allá de su valor histórico y artístico, la imagen forma parte de uno de los principales conjuntos de patrimonio cultural inmaterial del país debido a su estrecha vinculación con la orden mercedaria, presente en 23 países, y a su patronazgo sobre la ciudad de Barcelona desde el siglo XVII, lo que dio lugar a las fiestas de la Merced.

En los últimos 100 años sólo había sido restaurada en dos ocasiones (1939 y 1989), y hasta hace tan solo unos meses, la imagen presentaba varios levantamientos y pérdidas de las capas de preparación y pictóricas, además de daños por el polvo ambiental y la contaminación. Durante la restauración del CRBMC, se colocó en la basílica para el culto la réplica que hizo el escultor Josep Barbero en la segunda mitad del siglo XX.

Dice la tradición que hace algo más de 800 años la Virgen María, la noche del 1 al 2 de agosto de 1218, se apareció al mercader Pere Nolasc (San Pedro Nolasco), a quién pidió que tuviera merced de los cautivos cristianos secuestrados por los piratas musulmanes, alejados de su tierra y de su familia. El 10 de agosto del mismo año, ante el altar mayor de la antigua catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I y del obispo Berenguer de Palou, se fundó la Orden de la Merced con la voluntad de rescatar a los cautivos cristianos.

 

 

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