El Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya (CRBMC) ha restaurado la talla en madera dorada y policromada de la Virgen con el Niño (Marededeu) que preside el retablo mayor del monasterio tarraconense de Santa Maria de Santes Creus. Esta imagen mariana presentaba un repinte en su totalidad, posiblemente aplicado en el siglo XIX, que escondía la policromía barroca original.

Sin embargo, no solo se han rescatado los colores originales, sino también el pecho desnudo de la imagen. De este modo, se recupera su iconografía original como Maria Lactans o Virgen de la Leche. La restauración ha durado dos meses y se ha llevado a cabo in situ, puesto que la escultura, de madera policromada, tiene una base rehecha con mortero que dificultaba su desmontaje.

El retablo, de estilo barroco, es una obra del escultor Josep Tramulles, datado entre 1647 y 1651. Muestra una traza más sofisticada de lo habitual, una variante del típico patrón reticular de la mayoría de retablos pertenecientes al arte catalán del XVII. Tiene los cuerpos laterales del primer piso proyectados hacia delante, así como una gran hornacina que rompe la línea del entablamento para ganar mayor protagonismo y convertirse en el centro de la composición. Dicha hornacina es la que guarece la gran imagen de la Marededeu, que como hemos dicho fue repintada en el XIX con unos colores mucho más estridentes y toscos que los originales.

La escultura, al igual que todo el retablo, presentaba un buen estado de conservación, puesto que hace tres años se había llevado a cabo una actuación de conservación curativa en todo el conjunto.

La última intervención llevada a cabo por el CRBMC ha consistido en la limpieza de la fina capa superficial de polvo que presentaba tanto el anverso como el reverso de la imagen, a continuación se eliminaron las capas de repintes para sacar a la luz las bruñidas carnaciones y los magníficos y exuberantes estofados y motivos barrocos, así como el pecho desnudo de la Virgen.

Con la moral impuesta por la Reforma, varias iconografías fueron desterradas de los templos por considerarse inconvenientes. Los católicos también empezaron a juzgarlas inconvenientes, no tanto por su ostentación frívola o terrenal sino, sobre todo, debido a su insinuación erótica y al hecho de ser indecentes y deshonestas. Muchas telas de la Virgo Lactans fueron entonces destruidas o escondidas, y se optaba por disimular la desnudez corporal mediante la pintura de velos y tules sobrepuestos (ver enlace).

Al respecto, el CRBMC ha considerado también otra hipótesis en cuanto a su iconografía: que se trate de una representación de la Madre de Dios que da alimento espiritual a la comunidad cisterciense.

También se ha aprovechado la intervención para rebajar la capa de mortero de la base de la escultura y reintegrarla cromáticamente. Finalmente, se reintegraron tradicionalmente las pérdidas, retocándose las pequeñas de manera ilusionista, y las grandes con un tono de fondo que integra la laguna en la composición, y que no afecta la correcta lectura de la obra.

El CRBMC ha realizado de forma continuada en los últimos años, intervenciones de conservación y restauración en los bienes muebles del conjunto monástico de Santa Maria de Santes Creus. Entre ellas destacan las restauraciones de los dos retablos manieristas que se hallan a los pies de la iglesia -el retablo de San Juan y el de la Virgen del Buen Consuelo, ambos anónimos y fechados a principios del siglo XVII- así como la mencionada conservación curativa del retablo mayor, llevada a cabo a finales del año 2016.