Nueva efigie de Crucificado vivo en la Cruz, labrada a tamaño natural para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo del Amor, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista del municipio onubense de Aljaraque. Sustituye al antiguo Cristo del Amor, titular de la corporación, una obra seriada de Olot que representaba a Jesús muerto y se encontraba en un pésimo estado de conservación.

El Crucificado de Miguel Cordero ha sido totalmente tallado en madera de cedro real a excepción de la cruz, de sección arbórea con tablilla y nudos dorados, que es de madera de cedro Arana. Vista de frente, la imagen recuerda la famosa línea serpentinata heredada del manierismo, si bien la composición es netamente barroca.

Es un Cristo corpulento que se apoya sobre su pierna izquierda para impulsarse hacia arriba y poder tomar aire, lo que provoca un giro en el torso y en la mirada hacia el lado contrario, consiguiendo además del contraposto una continua comunicación con los fieles. Su expresión es bastante serena a pesar de la agonía, llamando igualmente la atención las heridas de ambos hombros por la carga del madero hacia el Calvario.

Entre las obras más recientes del escultor e imaginero sevillano se encuentra también una figura del sumo sacerdote Caifás (imagen inferior), al igual que la anterior en madera de cedro real a tamaño natural, para el misterio procesional de la hermandad jiennense de Jesús de la Caridad ante Caifás, María Santísima de la Salud y San Eufrasio, cuyo titular cristífero fue presentado en La Hornacina el 16 de septiembre del año 2016.