NUEVA OBRA DE JUAN Y SEBASTIÁN MARTÍNEZ CAVA

Alejandro Romero Cabrera (31/10/2021)


 

 

Desde el pasado 7 de octubre, la provincia de Almería ya cuenta con la imagen de su nuevo patrono, protector y custodio: San José, cuya declaración canónica fue proclamada por la Santa Sede el 19 de marzo de 2021, día de su solemnidad. Desde esa fecha, toda la Almería religiosa y cofrade ha aguardado con gran expectación la llegada de dicho grupo escultórico, expectativas que se han cumplido con creces.

El grupo escultórico de San José y el Niño Jesús es un encargo de la Asociación de Fieles "Providentia" para la Diócesis de Almería, con motivo del Año de San José y de su patronazgo sobre la provincia de Almería. Los artífices de esta grandiosa talla han sido los imagineros murcianos Juan y Sebastián Martínez Cava, quienes han alcanzado con su hechura las cotas más altas del trabajo realizado hasta el momento, suponiendo su consagración plena en la construcción de grandes composiciones escultóricas de tamaño natural real. Además, la llegada de esta imagen a Almería conlleva la introducción en Andalucía (de rotundas y marcadas características estéticas) del estilo e impronta de la imaginería murciana (también de caracteres muy definidos), cuyos ejemplos son muy escasos desde la hechura del Jesús Nazareno de Salzillo para Huércal Overa.

La idea anhelada por "Providentia" y hecha realidad con la maestría de los imagineros murcianos era presentar una apoteósica glorificación de San José con el Niño. Frente a otras representaciones que reflejan la rutina diaria de Jesús y el patriarca en la carpintería, caminando o sosteniéndolo en sus brazos, en esta ocasión padre e hijo se muestran glorificados entre nubes y ángeles, reflejando a Cristo en una edad bastante más avanzada que los recién nacidos de las representaciones habituales.

La visión del conjunto es, por tanto, apocalíptica, con el Niño de pie sobre el globo terráqueo y sosteniendo su cetro como rey del mundo. Tanto San José como el Niño Jesús se abrazan por la espalda, mientras el santo carpintero contempla absorto a su hijo putativo hablando de cosas de Dios. Esto queda patente con el sutil recurso mediante el cual los ojos del Niño no se dirigen a San José, sino al cielo. Cristo se muestra abrazado por su padre terrenal mientras le cuenta las maravillas de su padre celestial.

La composición se completa y enriquece con la presencia de cuatro espléndidos ángeles situados entre las nubes que sirven de base a los protagonistas del conjunto. Cada ángel refleja una edad distinta de la niñez, así como caracteres intrínsecos y faciales completamente diferentes. Uno, en un alarde de ingravidez conseguido con gran éxito por los Hermanos Cava, sostiene la vara florida del bendito patriarca; el siguiente sostiene el escudo del papa Francisco; el tercero enarbola una cruz de madera adornada con una guirnalda de flores, como símbolo dual del trabajo de carpintero y del trono triunfante en que Cristo, situado justo encima, fue crucificado; el último ángel se encuentra plácidamente extendido sobre el perfil de las nubes y durmiendo, haciendo alusión así a las distintas revelaciones divinas que San José recibió siempre en sueños.

El conjunto se completa con la proa de una barca con redes y un ancla que emerge de las nubes, como símbolo de la Iglesia Universal, de quien San José es patrono secular. Como base han elaborado una exquisita peana decorada de forma pictórica con guirnaldas florales pintadas por los mismos imagineros.

Todo el conjunto escultórico derrocha el estilo rococó que tanto gusta y se adapta a la escuela murciana, tanto en líneas compositivas, pliegues, diseños de galones, estofados y colores. Su altura final es de más de dos metros y está tallado con madera de cedro, mientras que las prendas están realizadas con la técnica del enlienzado, así mismo esculpido tras su fase de endurecimiento, logrando la apariencia de ser una talla de madera todo el conjunto. Así mismo, todos los ojos y pestañas y las guirnaldas y pomos florales también han sido realizados de forma artesanal por Juan y Sebastián Martínez Cava.

El conjunto escultórico resulta francamente impactante y deslumbrante en su contemplación, de lo que ya han podido dar fe los almerienses durante el tiempo que estuvo expuesto en el llamado "patio de luces" de la Diputación de Almería. La imagen fue bendecida por el obispo coadjutor de la diócesis el pasado 16 de octubre, durante el transcurso de una celebración realizada en la Catedral de la Encarnación de Almería, en la que el alcalde le entregó la medalla del Ayuntamiento y en la que se ratificó su patronazgo y custodia sobre la provincia. En el coro de dicho templo permanecerá expuesta, en principio, durante más de un mes.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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