Esta imagen representa una Virgen Dolorosa con la mirada perdida y la cabeza reposada hacia el lado izquierdo como buscando el apoyo de un integrante de la comitiva fúnebre de Jesucristo antes de desvanecerse. Está realizada sin encargo previo, por seguir el autor con su formación como escultor e imaginero.

La escultura es de madera al completo: la cabeza y las manos son de cedro, y el cuerpo y el candelero de pino. Lleva brazos articulados con el mecanismo llamado "de bola". Se halla estucada al completo y policromada al oleo. Los complementos y postizos son dientes de material protésico, ojos de cristal pintados a mano, pestañas superiores de pelo natural y tres lágrimas de cristal fundido.

Con esta obra, su autor, Gabriel Casado Ponce, de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), presenta su primera imagen a tamaño natural. Su formación como escultor comenzó hace unos diez años, con 26 años de edad.

Tras un año investigando el barro, Gabriel Casado estuvo dos años en el taller Juan Manuel Parra Hernández, quien le alentó a seguir formándose, pero esta vez en la Escuela de Arte de Sevilla, donde cursó los dos años de Técnicas Escultóricas a la vez que lo compaginaba con la práctica en el taller de Luis Fernando Ramírez Mata. Una vez finalizada su formación académica, entró por último en el taller de Juan Bautista Jiménez Rosa.