Los escultores Francesco Galleano y Francesco Maria Maggio, influenciados por Antón María Maragliano, llegaron desde Génova para instalarse en Cádiz. Pertenecen a ese grupo de genoveses establecidos en la ciudad andaluza a partir del segundo tercio del siglo XVIII.

El motivo principal fue poseer una posición estratégica favorable, sin romper vínculo con su ciudad natal por cuestiones económicas o familiares. Sus respectivos talleres llegaron a convertirse en uno de los más solicitados.

El artículo Perfil biográfico de los escultores genoveses Francesco Galleano (1713-1753) y Francesco Maria Maggio (1705-1780), escrito por el historiador Juan Luis Puya Lucena, expone las biografías de ambos artistas, recopilando aquella información dada a conocer y aportando material nuevo, hallada en parte en Protocolos Notariales y en la Catedral. De esta manera, reconstruye parte de las vidas de uno y otro.

Dicho estudio ha sido publicado en el último número (14) de UcoArte. Revista de Teoría e Historia del Arte, editada anualmente por la Universidad de Córdoba (UCO).

Además de los mencionados datos biográficos, Puya Lucena analiza también la ciudad de Cádiz como puerto y cabecera del monopolio de Indias, buen punto estratégico para realizar no solo actividades mercantiles, sino también el envío de esculturas a zonas como Canarias o América.