Las obras pictóricas, entre otras, de Bartolomé Esteban Murillo, Francisco Meneses Osorio, Sebastián Gómez el Mulato, junto con el conjunto escultórico conocido como Misterios Dolorosos atribuido a Francesco Galleano, permanecerán expuestas en el Museo Provincial de Cádiz, tras la firma, por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía y de la propietaria de las obras, la Diócesis de Cádiz y Ceuta, de un contrato administrativo especial de depósito, que tiene carácter temporal y gratuito.

Entre las obras se encuentra el último cuadro que pintó Murillo, considerado la personalidad central de la escuela barroca sevillana. El artista murió a consecuencia de una caída cuando pintaba los Desposorios Místicos de Santa Catalina, finalizando la obra su discípulo Francisco Meneses Osorio.

Las obras permanecían expuestas en el Museo Provincial de Cádiz desde 1970 en virtud de un convenio de depósito, que finalizó por ministerio de la ley, el 1 de octubre de 2020.

Además de los Desposorios Místicos de Santa Catalina, las obras pictóricas de Murillo a las que se refiere el referido contrato son la Inmaculada Concepción, cuya autoría corresponde al maestro, y la Estigmatización de San Francisco, a cuya autoría se le atribuye.

El resto de obras pictóricas incluidas en el contrato son todas del círculo de discípulos y seguidores de Murillo: San Francisco de Asís, Santo Ángel de la Guarda o Ángel Custodio, Padre Eterno, San José y San Miguel Arcángel se atribuyen a Francisco Meneses Osorio; Coronación de la Virgen o Coronación de la Virgen del Rosario estuvo atribuida a Clemente de Torres, si bien hoy en día se atribuye a Sebastián Gómez el Mulato; por último, San Antonio de Padua, y San Zacarías y Santa Isabel o San Juan con sus padres son anónimas.

A lo anterior hay que añadir el conjunto escultórico en madera de ciprés policromada (hacia 1750), presentado en hornacina y que recibe la denominación de Misterios Dolorosos (imagen superior), formado por "Flagelación de Cristo", "Cristo caído con la cruz a cuestas", "Cristo orando en el huerto", "Cristo coronado de espinas" y "Dolorosa", atribuidas en su momento a Francisco Salzillo, si bien hoy en día se atribuyen a Francesco Galleano. Al valor artístico de la obra hay que añadir el catequético, dado que muestra, casi en su totalidad, los distintos momentos en los que la Virgen María está presente en la Pasión de Cristo.