El escultor e imaginero roteño expone durante toda la Cuaresma de 2013, en los escaparates del establecimiento hispalense Almacenes Velasco situado en la céntrica calle Chapineros, un busto pasionista de Cristo realizado en terracota policromada al óleo. Es de tamaño natural, proporcionado para una altura aproximada de 180 cm.

La cabeza de Jesús aparece inclinada y suavemente girada hacia el lado derecho. La mirada dulce y serena, con el ceño levemente fruncido por el dolor, da una sensación de paz, humildad y resignación del Cordero de Dios ante su destino inminente. Varios regueros de sangre surcan su faz sin ser estridentes.

La imagen, tratada por Miguel Ángel Caballero Pérez desde el neobarroco, busca reminiscencias de la plástica andaluza de finales del siglo XVII y principios del XVIII, haciéndose eco del barroco continental introducido en la escuela sevillana de mediados del Seiscientos por el artista flamenco José de Arce.

Dicha plástica, continuada a partir de entonces por Pedro Roldán y su círculo, así como por otros autores flamencos como Peter Rehling, sobre todo en Sevilla y Cádiz, tenía como uno de sus esquemas tratar cabellos y barbas como masas compactas que dan gran sensación de naturalidad, lo que se refleja en esta pieza.