Inmaculada Concepción

Dos obras realizadas en terracota a pequeño formato para colecciones particulares en las que el escultor e imaginero sevillano reinterpreta dos piezas de artistas pertenecientes a la escuela granadina de escultura, maestro en un caso y seguidor tardío de la misma, en el otro.

En el caso de la Inmaculada Concepción (50 cm de altura sin la peana de madera), la petición del cliente de seguir los modelos barrocos de Pedro de Mena ha permitido al autor reversionar las inmortales creaciones del artista, quien a su vez reelaboró de un modo personal el icónico modelo de Alonso Cano que se conserva en la catedral de Granada. Borja Peña Barranco toma los elementos de tan destacados ejemplares sin caer en la copia servil para llevárselos a su terreno y crear así una obra más personal sin perder la esencia de Mena.

Relieve de la Virgen de los Dolores

En este caso el seguimiento del original es más estricto, si bien resulta singular el cambio del formato, ya que Borja Peña lleva el busto de una talla de candelero para vestir al campo del mediorrelieve, quedando el resultado plasmado en un medallón de unos 45 cm de diámetro, también modelado en terracota pero sin policromar a diferencia del ejemplar inmaculista.

La dolorosa en cuestión es la Virgen de los Dolores del municipio jiennense de Villanueva del Arzobispo, tallada por el granadino Domingo Sánchez Mesa, uno de los grandes imagineros andaluces del siglo XX cuya vocación se aplicó en el estudio de las obras de maestros como José de Mora o Ruiz del Peral.