RESTAURACIÓN DE UNA TALLA BARROCA DE VIZCAYA QUE FUE VANDALIZADA EN 2019

06/06/2022


 

 
 
 
 
Estado inicial y final

 

Mientras la mayoría de las y los habitantes de Artea (Bizkaia) disfrutaba de la fiesta de MerkArtea o descansaba, algunas personas se cebaban destrozando el patrimonio local en la Ermita de Santiago, ubicada en el barrio de Elixabeiti. A las 23:00 horas del sábado 21 de septiembre de 2019, vecinos de la ermita se percataron de extrañas luces en el interior de la misma y, por si acaso, alertaron a la Ertzaintza.

Algunos sujetos forzaron la entrada de esta ermita, causando daños en la imagen de Santiago Apóstol, patrono de la ermita, habían destrozado el altar y causado daños en el cuadro de luz. La talla dañada de Santiago a caballo corresponde a una obra barroca de autor anónimo, del año 1700 aproximadamente, de una buena calidad, según informa Juan Manuel González Cembellín, director del Museo Diocesano de Bilbao.

La imagen de Santiago -de tamaño inferior del natural y parcialmente tallada, al estar concebida para recibir culto en un retablo o presbiterio- quedó mutilada gravemente y algunos de sus elementos arrancados de la talla principal, siendo las partes afectadas la cola y las patas traseras del caballo, así como las manos del santo. La efigie se encontraba en un buen estado de conservación antes del acto vandálico. Actualmente porta una cruz, pero en origen llevaría una lanza o estandarte en su mano izquierda.

María Aurrekoetxea, del taller Aurea Restauraciones (Leioa, Bizkaia), se ha encargado durante tres meses del delicado trabajo de restauración. Tras llevar la imagen y las partes destruidas al taller, se realizaron una serie de catas para comprobar su policromía original y el estado de salud de la madera. Después, Aurrekoetxea procedió a una intervención de conservación y reparación, respetando la policromía de las últimas restauraciones.

La imagen puede ser admirada en la Ermita de Santiago, aunque hasta el día de su festividad, el 25 de julio, se protegerá con una sábana. Los trabajos han supuesto un costo de casi 3.000 euros que los abonará la parroquia de Artea, para orgullo de devotos, vecinos de la anteiglesia y del valle, y turistas que acuden a admirar la Iglesia de San Miguel, situada a 100 metros y restaurada el año pasado, y la Ermita-Humilladero de Santiago. 

 

 
 
 
 
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