MNAC. NUEVA PRESENTACIÓN DE LAS COLECCIONES DEL RENACIMIENTO Y EL BARROCO

27/01/2018


 

 
 

Ecce Homo

Manuel Pereira
1635-1650
Madera policromada
MNAC. Donación de Enric Batlló a la Diputación de Barcelona. Depósito

 

La nueva presentación de la colección de arte del Renacimiento y el Barroco del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) permite descubrir bajo una nueva luz unas 250 obras, entre pinturas, estampas y dibujos, esculturas y artes decorativas, además de un fondo bibliográfico, que constituyen una selección de la colección de 1.400 obras de este periodo que posee el MNAC. Gracias a esta nueva presentación, crece el número de autores y obras expuestas, que pasan de 130 a 250, y crece el espacio que las acoge, en total 1.313 m2.

La nueva presentación de la colección de arte del Renacimiento y el Barroco abarca los siglos XVI, XVII Y XVIII y llega hasta inicios del XIX, un periodo de más de 300 años. El MNAC ha llevado a cabo una revisión en profundidad de la colección y saca a la luz las últimas investigaciones. Se presentan obras inéditas, un grupo importante de obras recientemente restauradas, nuevos depósitos y se desvelan algunas nuevas atribuciones.

La nueva presentación también permite dar visibilidad al Legado Cambó y la Colección Thyssen-Bornemisza, integrados al resto de la colección. La integración de estas colecciones permite poner en valor todo el conjunto, se refuerzan los lazos y el diálogo entre las obras y se favorece la posibilidad de contextualizarlas. El visitante podrá redescubrir dos colecciones muy valiosas que ganan visibilidad sin perder su unidad.

A diferencia de lo que podemos encontrar en otras instituciones, la colección de Renacimiento y barroco del MNAC no procede de patrimonio real ni ha sido planificada de forma sistemática. Se configura a finales del siglo XIX y principios del XX gracias a la acción de la Junta de Museus y la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona y a las adquisiciones y donaciones de coleccionistas privados catalanes. La colección es el resultado de todos esos esfuerzos y sensibilidades, que permitieron reunir un fondo de arte de enorme interés y carácter, con una gran calidad artística. No responde al cánon marcado por la historiografía clásica ni puede ser sometido a una ordenación tradicional. Es el reflejo de las circunstancias históricas, sociales y culturales del país y por este motivo es la propia colección la que genera el discurso.

La nueva presentación pone en valor el carácter propio de la colección, más allá del canon clásico, y la vinculación histórica del museo con el arte de la época en Cataluña.

 

 
 

Cristo en el Paraíso

Bartolomé Bermejo
Hacia 1475
Óleo y dorado sobre tabla
MNAC. Depósito de la Fundación privada Institut Amatller d'Art Hispànic

 

Las obras están organizadas siguiendo un criterio temático, relacionado con los grandes motivos que despertaron el interés de los artistas de la época y que llegaron a transformarse en géneros autónomos: el paisaje, el retrato -inicialmente vinculado a la aparición de la figura del donante en un contexto religioso-, la naturaleza muerta -convertida desde finales del siglo XVI en escenario de experimentación visual-, o la iconografía religiosa -que adoptó fórmulas más humanistas y más vinculadas a la experiencia de la vivencia mística-. Al mismo tiempo, esta ordenación temática encuentra su contrapunto en tres relatos que configuran una narrativa más anclada en criterios cronológicos: el Renacimiento en Cataluña (siglo XVI), con obras, entre otros, de Damià Forment o Ayne Bru; el Siglo de Oro español (siglo XVII), representado por Diego Velázquez, José de Ribera, Francesc Ribalta o Francisco de Zurbarán; y el barroco catalán (siglos XVII y XVIII) con artistas como Antoni Viladomat o Francesc Pla el Vigatà.

La nueva instalación se completa con una sala dedicada a la obra gráfica, que expone una selección de dibujos, grabados y fotografías. Este espacio permanente permite dar visibilidad a una parte del rico patrimonio de obra sobre papel que conserva el Gabinete de Dibujos y Grabados del Museu Nacional, funciona como una reserva visitable y permite la interacción con las obras. La lectura del periodo se complementa con una selección del fondo de reserva de la Biblioteca Joaquim Folch i Torres del museo y, próximamente, con una selección de piezas del Gabinet Numismàtic de Catalunya.

El nuevo discurso plantea una narración abierta y muy permeable concebida para dinamizar la experiencia de la visita. Con este objetivo se han elaborado una serie de recursos destinados a permitir diferentes vías de acceso a la colección: cartelas comentadas, textos de ámbito y cápsulas explicativas que permiten realizar diferentes capas de lectura complementarias entre sí. Los diferentes elementos se encuentran en tres o cuatro idiomas y se han aplicado los criterios más recientes en materia de accesibilidad para priorizar su legibilidad. Estos elementos gráficos en las salas se complementan con un gran número de recursos en la web y con una audioguía con 25 obras comentadas en ocho idiomas, en un soporte Tablet multimedia.

Gracias a un convenio de colaboración con la Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic dos importantes obras de Bartolomé Bermejo (Córdoba, hacia 1440 - Barcelona, hacia 1501) se incorporan a la nueva presentación. Estas obras llegan al museo cedidas en comodato, por un periodo de cuatro años. Este acuerdo se inscribe en el marco de una colaboración más amplia que contempla el intercambio de obras en régimen de depósito para complementar los respectivos discursos museológicos, el asesoramiento y la colaboración en proyectos de investigación científica y documentación. El MNAC dispone desde 1996 de un numeroso depósito de obras propiedad del Institut Amatller y la colaboración entre las dos instituciones se extiende al Archivo Mas, importante fondo fotográfico del patrimonio artístico, que es propiedad de la Fundación.

Mención especial merece la llamada Capilla Carracci, cuyo origen se halla en el banquero castellano Juan Enríquez de Herrera, que adquirió en 1602 un espacio en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma para fundar allí una capilla votiva dedicada a san Diego de Alcalá, con el fin de agradecerle la curación de un hijo suyo. La decoración mural fue encargada a Annibale Carracci, uno de los pintores más destacados de la época, que diseñó las pinturas y dirigió los trabajos hasta que enfermó. Sus ayudantes y colaboradores terminaron la obra, hacia finales de 1606. En ella se representan la vida y los milagros de san Diego, la Asunción de la Virgen María y los apóstoles alrededor del sepulcro vacío. En 1818 la iglesia se desacralizó, y unos años después se arrancaron los frescos y se traspasaron a lienzo. La mayoría de las pinturas murales abandonaron Roma en 1850. Actualmente se conservan en el MNAC y en el Museo Nacional del Prado de Madrid.

 

 
 

San Pedro de Alcántara

Pedro de Mena
1663-1673
Madera policromada
MNAC

 

La formación de la colección de Renacimiento y Barroco es deudora, en gran parte, de iniciativas de coleccionistas privados, aunque siempre contó con la complicidad de la Junta de Museus, sensible a la hora de valorar el interés artístico e histórico de un período subestimado durante la primera década del XX, cuando el arte medieval era visto como la proyección de un pasado político y cultural tan esplendoroso como exclusivo.

El nuevo relato expositivo pone énfasis en la gran calidad de una colección que permite un seguimiento puntual de los episodios más representativos de la cultura artística de finales del XV a inicios del XIX. Se estructura en ámbitos temáticos que establecen unas coordenadas contextuales, y se complementa con otros cronológicos, que singularizan determinadas fortalezas y refuerzan la idea de un sistema de vasos comunicantes.

Los distintos temas hablan del arte de una época en la que la imagen es una de las expresiones más importantes de un sistema de valores culturales fundamentado en la religión. Al mismo tiempo, la aparición de la literatura artística indica el interés que, más allá de su condición material y artesanal, la obra de arte desvela en los círculos intelectuales y eruditos, a los que el artista aspira a pertenecer.

La unidireccionalidad de los modelos teóricos, deudores de una visión academicista y uniformadora del mundo, deja de ser válida frente a una colección como ésta, formada a lo largo del tiempo a través de un proceso de acumulación extraordinariamente rico, pero nunca sistemático. Al no reflejar estas obras un ideal canónico, el hecho de llevar a cabo una ordenación tradicional que las agrupara por etapas o estilos artísticos convencionales provocaría disfunciones discursivas. Al contrario, son las obras las que necesariamente configuran un discurso dinámico, abierto y receptivo, que incluye aspectos culturales, sociales e ideológicos, los cuales enriquecen la visita y estimulan la capacidad crítica y reflexiva del visitante, y le proporcionan herramientas que fomentan la libertad de pensamiento, el disfrute y el placer intelectual.

Entre los artistas presentes en la colección se encuentran El Greco, Francisco Rizi, Mateo Cerezo, Fra Angelico, Rubens, Damià Forment, Tiepolo, Joan de Joanes, Goya, El Veronese, Lorenzo Lotto, Canaletto, el Maestro de la Seu d'Urgell, Matthias Stomer, Manuel Pereira, Pedro de Mena, Luis Egidio Meléndez, Juan de Arellano, Luca Giordano, Tintoretto, Jean-Honoré Fragonard, Tiziano, Claudio Coello y Vicente López.

 

 
 

Capilla Carracci

Annibale Carracci y taller
1604-1606
Mural traspasado a lienzo
MNAC. Depósito de la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi

 

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