Después del éxito logrado por el Museu Europeu d'Art Modern (MEAM) en la exposición del 150 aniversario del escultor Josep Llimona (ver enlace), el MEAM inauguró el pasado 10 de marzo otra muestra de parecida popularidad, centrada en la figura del también escultor Josep Clarà. Con este objetivo, se ha establecido una colaboración con el Museo de la Garrotxa de Olot, depositario de buena parte de la obra del escultor, que presta piezas con motivo de la presente exposición. El Museo de la Garrotxa acogerá la muestra en 2017.

Josep Clarà es uno de los artistas catalanes más destacados de la primera mitad del siglo XX, y una de las figuras con más proyección internacional de su generación. La exposición En el Taller de Josep Clarà. Yesos de un Escultor Irrepetible explica la trayectoria del escultor olotense y destaca sus obras más importantes.

Así, se invita al visitante a reseguir sus inicios y su salto a París, sus obras simbolistas y noucentistas, sus proyectos públicos y los retratos, hasta llegar a los últimos años de trabajo. A la vez, busca acercar al público el concepto del taller del escultor y se ilustra su trabajo en el estudio, desde la idea hasta la formalización de ésta en material definitivo, los procesos creativos autónomos y de pedido, el trabajo colaborativo entre el escultor y los ayudantes, las técnicas empleadas, etcétera.

La muestra se presenta en toda la planta primera del MEAM e incluye un total de unas 55 esculturas de formatos muy diversos, llegando a medidas de 2 metros de altura. Paneles explicativos acompañan el recorrido para crear un discurso didáctico e interesado de la evolución artística de Josep Clarà. En la planta tercera del MEAM podemos contemplar una reconstrucción del taller de escultor, con fotografías, modelos, moldes, obras en yeso, herramientas, etcétera, que permita la actividad didáctica para escuelas, casales, etcétera, donde se explicará de forma más interactiva el oficio del escultor.

En la muestra se entretejen dos hilos conductores: el descubrimiento de la obra de Clarà, y las singularidades y naturaleza del trabajo de un escultor de su categoría, resultando un proyecto diferente, visual y comprensible. Así pues, en esta exposición, el visitante puede entrar al taller del escultor, un espacio habitualmente desconocido para el gran público, y poder descubrir la obra y la manera de trabajar.

En el Taller de Josep Clarà. Yesos de un Escultor Irrepetible se centra en los yesos del escultor, un material que a pesar de no disfrutar de la reputación del mármol o del bronce, tiene un valor añadido, dado que sirve para poder llevar la creación original en arcilla, a materiales más resistentes, definitivos. El yeso es frágil y de carácter práctico, por eso no suele emplearse en exposiciones. Por tanto, la apuesta que presentan el MEAM y el Museo de la Garrotxa es singular e inédita, y ha incluido la restauración de numerosas piezas.

La exposición se podrá ver en el MEAM hasta el 19 de junio de 2016. Como hemos indicado, posteriormente se trasladará a Olot, donde se expondrá en el Museo de la Garrotxa a partir de septiembre de 2017.

Nacido en Olot, el 16 de diciembre de 1878, Josep Clará se formó artísticamente en la Escuela de Bellas Artes olotina, dirigida entonces por Josep Berga i Boix. En 1897, con el fin de evitar el servicio militar, se trasladó a la ciudad francesa de Toulouse, donde, por idénticos motivos, se había establecido su hermano Joan.

Josep ingresó en la Escuela de Bellas artes de aquella población, donde se hizo con varios premios, y se trasladó, el 1900, en París, donde conoció a los artistas Maillol y Rodin, quienes influenciaron su obra escultórica. Fue distinguido varias veces por la Escuela Nacional de Bellas Artes y por el Salón de Artistas Franceses.

En 1907, y gracias a una serie de gestiones iniciadas desde Olot, le fue concedido el indulto a su condición de prófugo y pudo volver así a su tierra natal. Viajó por varios países europeos y fue premiado en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Bruselas, en Roma y en Barcelona.

En 1912, Josep Clarà fue nombrado Hijo Predilecto de Olot y obtuvo la Primera Medalla de la Exposición Internacional de Ámsterdam. Tiempo después el gobierno francés le concedió las insignias de oficial de la Legión de Honor, mientras que el español le otorgó la Comendadora de Alfonso XIII.

Fue nombrado, en 1925, miembro de la Academia de San Fernando, de Madrid, y en 1929 logró la Medalla de Honor de la Exposición Internacional de Barcelona. Obtuvo también el Gran Premio de Escultura de la Bienal Hispano-Americana de La Habana, y el Gran Premio de Arte de la Fundación March.

En 1934, año en que consiguió el premio "Damià Campeny", Josep Clará deja París y se instala en Barcelona, donde murió el 4 de noviembre de 1958. Clará donó varias obras al Museo-Biblioteca de Olot, y durante el periodo de la Guerra Civil comprendido entre los años 1936-1939 se refugió en la ciudad natal.